Jorge Santos

jsantos@udefegua.org

Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

post author

Jorge Santos

Probablemente estos hayan sido lo años más nefastos en la historia reciente del país, el descalabro institucional y la cooptación de poderes públicos han sido la dinámica del quehacer público durante este período. Este descalabro institucional ha tenido serias consecuencias en la cotidianidad de la población, particularmente aquella a la que se le adeuda años de vida digna.

Prácticamente desde el primer día del ejercicio de Jimmy Morales en el poder, se ha dejado una estela de actos de corrupción, ejecuciones extrajudiciales, represión, intervención en asuntos de otros órganos del Estado, criminalización, conservadurismo extremo, serios retrocesos en materia de derechos humanos y profundización de la depauperación de las condiciones de vida de la población.

Pero también habrá un pequeño grupo de la población que se sentirá muy agradecido por estas acciones; particularmente aquellos y aquellas que han sido beneficiados por los actos de corrupción, colusión y clientelismo político que han desarrollado, pero también aquellos miembros de la oligarquía guatemalteca que sigue siendo la beneficiaria final de este remedo de gobierno.

Sin embargo, si usted ha sentido que estos tres años han sido lo peor que nos ha podido ocurrir, deténgase y reflexione de nuevo, dado que 2019 será, sin lugar a dudas, un año en donde pretenderán instalar los males en el país. Pero si su esperanza estaba puesta en que una vez FCN se fuera del poder público todos estos actos podrían ser penalmente perseguidos, vuelva de detenerse y reflexionar, en tanto que de nuevo la alianza perversa conocida como el Pacto de Corruptos han puesto al amparo de negociaciones espurias la estrategia de retroceso que implicaría la imposición absoluta de la dictadura y con ella la entronización de este proyecto político, llámese como se llame el partido político en el poder.

Este proceso electoral se convertirá sin lugar a dudas en central durante 2019, ya que arrancaremos el año con un proceso, que de darse, pretenderá nuevamente a través de la fantasía del voto popular, instalar un proyecto político que consolide y garantice el retroceso democrático, encabezado en la salida definitiva de la CICIG, el debilitamiento del Ministerio Público, la constitución de fuerzas armadas represivas y sanguinarias, imposición a sangre y fuego del modelo de desarrollo extractivista y saqueador de los recursos naturales y del erario público y con ello la entronización de las mafias en el poder político.

Es en este escenario adverso, en que la presencia de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala –CICIG- y su continuidad son un punto central de los sectores democráticos y progresistas del país, dado que se convertirán en contención frente al abuso de poder y arbitrariedad que deseen impulsar, debido al crecimiento del descontento y con ello el incremento de la resistencia y lucha popular.

De ahí la urgente necesidad de consolidar esfuerzos sociales y populares tendientes al desarrollo de acciones políticas, sociales, jurídicas y comunicacionales que hagan retroceder el Pacto de Corruptos, que contenga sus intenciones fascistas y dictatoriales.

Artículo anteriorLa Caravana
Artículo siguienteSin opciones para la educación