Siempre hemos creído y sostenido que los periodistas para desempeñar bien su trabajo no tienen que recurrir a la grosería para formular preguntas a los entrevistados, por mucho que sean servidores públicos obligados por ley a dar información, y lo pedimos así a nuestros reporteros. Pero obviamente demandamos y exigimos el mismo trato respetuoso de los funcionarios, sobre todo cuando sus reacciones hepáticas son resultado de que les incomodan preguntas que les dejan en evidencia.
Ayer la Fiscal General, en su conferencia de prensa para informar tardíamente de lo que según ella es un vicio en el proceso de nombramientos de fiscales regionales, perdió la calma y la compostura y se comportó malcriada con nuestra reportera simplemente porque le hizo una pregunta que la enardeció. La pregunta era sobre si había avance sobre los vicios en los procedimientos de nombramientos de los mandos de la Policía Nacional Civil y de mala manera y con rostro agrio dijo la abogada Porras que si fuera Ministra de Gobernación le daría información sobre esos casos.
Resulta que por mandato legal, la Fiscalía es la encargada de investigar cualquier hecho que pueda ser constitutivo de delito y el violentar los procesos de nombramientos, que ella tanto empeño puso en su institución y por lo que dice que ya inició investigación contra la exfiscal Thelma Aldana, puede constituir delito y por lo tanto tendría que haber investigado el comportamiento de las autoridades del Ministerio de Gobernación, más cuando hay una denuncia penal presentada en el MP desde marzo del presente año en contra el Ministro de Gobernación. Por ello es que decimos que hay necesidad de pasar de la vigilancia a la acción.
Nuestra reportera hizo sus preguntas en forma comedida y respetuosa, como deben hacerse, pero la respuesta fue simplemente abusiva e irrespetuosa, lo cual demuestra la flaqueza de los argumentos esgrimidos por la funcionaria que perdió la compostura que ha mostrado en otras ocasiones, aún ante preguntas hechas de mala manera.
Párrafo aparte merece el detalle de su respuesta sobre el Pacto de Corruptos porque pareciera que sólo la Fiscal no sabe de su existencia ni de quienes quieren consolidar la dictadura de la corrupción. Y quien dice haber estado vigilante tanto tiempo no puede ignorar lo que ocurre en el país, salvo que la vigilancia sea un pretexto para hacerse de la vista gorda ante la contundente actitud que vienen mostrando desde el Ejecutivo, el Legislativo y el poder Judicial, quienes conforman esa perversa alianza para preservar y eternizar la impunidad en el país.