Juan Francisco Reyes

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Juan Francisco Reyes López
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“Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”.

Independientemente de lo que algunas personas desean reconocer y aceptar en un hogar, en una sociedad, en un gobierno o reino, siempre existe la presencia y la influencia tanto del varón como de la dama, que en el día a día velan por el desarrollo y el bienestar de la sociedad o comunidad donde se desempeñan como pareja y muchas veces como cogobernantes.

En Grecia, Pericles tuvo a su lado a la famosísima “Aspasia”; en Roma, Cleopatra fue la mujer que más destacó y reinó al lado de Julio César; y así sucesivamente encontramos ejemplos como el de España, donde la Reina Isabel La Católica, con sus acciones y decisiones, influyó enormemente en la reconquista de la España Mora y por supuesto en el descubrimiento y reconquista de lo que hoy conocemos como América.

En los actuales gobiernos, Centroamérica y Guatemala no son la excepción, y previo a ellos en el gobierno de los Estados Unidos surge el papel de la esposa de Jorge Washington y de numerosos y sucesivos presidentes, Kennedy con Jacqueline; Nancy al lado de su esposo Ronald Reagan y así sucesivamente. Aun cuando no tienen un lugar constitucional y por ello legal, la esposa de la mayoría de presidentes norteamericanos es importante.

En Guatemala depende de la opinión de cada uno de nosotros, doña Elisa Martínez de Arévalo es la primera mujer que yo en lo personal recuerdo por su destacada labor como docente; políticamente la esposa de Jacobo Árbenz, María Cristina Vilanova de Árbenz, sabemos que fue sumamente influyente y activa en la política de izquierda, que según dicen algunos le impuso al presidente Jacobo Árbenz y también no puede negarse la actitud de doña María Teresa Laparra de Idígoras que permaneció siempre e influyó en lo docente, al lado de su esposo.

A partir de lo que llamamos el período democrático vemos a varias primeras damas, que sin tener un rol legal sí han influido y participado en la política de gobierno, ejemplo de ello es: Sandra Torres, quien incluso se divorció de su muy poco destacado esposo para poder ser candidata presidencial.

Otras primeras damas por su edad, por su conveniencia se han decidido más a un rol personal mezclado de cultura, deportes y presencia física, ya que sin duda alguna la esposa del Presidente destaca por su apariencia física, por su forma de vestir.

La mujer que en mi opinión personal más ha trabajado y menos requerido como parte de su atributo personal es doña María Teresa Sosa de Ríos Montt, quien sin duda alguna fue un gran apoyo de su esposo Efraín Ríos Montt, tanto como Jefe de Gobierno, como Secretario General y Fundador del FRG, y como alguien que apoyó a muchos de quienes fueron líderes en este partido y que sin duda alguna no hubieran ocupado el puesto que ocuparon dentro del partido y del gobierno sin haber sido respetados por el general Ríos Montt y por doña Teresa Sosa de Ríos Montt.

Al fallecer el día lunes 1 de octubre volvió a confirmarse que sus ambiciones personales eran muy pocas, que lo que más amaba era Guatemala y que lo que más deseaba era el desarrollo social y económico, sin tener ningún puesto o protagonismo oficial. Esperemos que sus descendientes y todos los guatemaltecos la recordemos con respeto y ecuanimidad.

¡Guatemala es primero!

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