Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Lo que Guatemala vive es la disputa por un futuro lo más alejado de los vicios posible y el deseo de algunos pocos, pero poderosos que desean volver al pasado en el que las cosas se hacían de manera “particular” sin mayor consecuencia.

No hay que subestimar a quienes desean vivir con los beneficios del pasado porque atacan desde varios frentes. El más visible hoy es el que lideran quienes son los títeres del Ejecutivo y el intenso ataque en contra de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el comisionado Iván Velásquez.

Ese frente ha sufrido varios reveses y el último lo propinó el Ejército cuando dijo que acataría a la Corte de Constitucionalidad (CC), pero el Gobierno no ha cesado en materializar lo que se ha convertido en la política pública número uno de Guatemala: acabar con la CICIG y con eso, matar las investigaciones para lograr impunidad (más ahora que ha habido más sentencias).

No se descartan acciones contra los empleados de CICIG vías las visas porque algunos lo que plantean es que la Comisión sea un cascaron inútil en este último año de mandato confirmado. Curioso que el Gobierno no siente necesidad de atacar al Ministerio Público (MP) a pesar de que han seguido saliendo casos.

Pero siendo esa estrategia la más visible, sin duda no es la única porque desde el Congreso han maniobrado también para ir logrando los objetivos. Ahí los planes y la agenda no han avanzado al ritmo que desean porque el transfuguismo los tiene en punto muerto, pero una vez logren eliminar el problema y 76 diputados tránsfugas puedan optar a otros partidos, todo será pan comido.

Temas como el cambio de tipificación y reducción de penas del delito de financiamiento electoral que conlleva impunidad, la Ley de Antejuicios para quitar “legalmente” a los tres magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC), la creación de una comisión específica para vengar a quienes se sienten afectados por investigaciones, la Ley de las ONG y la de aceptación de cargos con abundantes goles, son solo algunos de los temas de legislación que están listos para cocinarse.

Pero no solo de retorcer leyes está pavimentando el camino a la impunidad y el pasado, porque otro de los pactos es arreglar la elección del Contralor General de Cuentas (CGC) para controlar desde ahí la emisión de finiquitos y denuncias penales y así allanar el camino electoral e incluso hay quienes plantean (desde que Bárbara Hernández llevó a sus acarreados al TSE) que quizá no sea conveniente que existan elecciones y que vía la no aprobación del Presupuesto se puede lograr el objetivo.

Desde las cortes, anda buscando las “buenas” formas de lograr que buenos jueces cedan a presiones y si no lo logran, acuden a las amenazas frontales para sumar a los esfuerzos con aquellos jueces que están dispuestos a prestarse a lo que sea con tal de tener frutos económicos y/o en las designación de magistrados del 2019 que hará el Congreso.

Esta batalla, insisto, la ganará la decencia, la honradez, el deseo de la gente de un cambio real, legal y sostenible. Ganarán aquellos emprendedores, los buenos empresarios, los empleados, los migrantes y el menos privilegiado que, luchando desde diferentes posiciones sociales, no renuncian a la idea de una Guatemala mejor; el enemigo no es fácil de batir ni será rápido, así que no desmaye con un par de resbalones que tengamos, pero tampoco dude de que Guatemala terminará siendo diferente gracias a su esfuerzo y el de todos aquellos que ya dijeron BASTA.

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