Francisco Cáceres

caceresfra@gmail.com

Nació en Guatemala el 19 de Julio de 1938; tiene estudios universitarios y técnicos en ciencias jurídicas y sociales, administración empresarial, pública, finanzas, comunicación, mercadeo y publicidad. Empresario, directivo, consejero y ejecutivo en diversas entidades industriales, comerciales y de servicio a la comunidad. Por más de 28 años consecutivos ha sido columnista en este medio.

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Francisco Cáceres Barrios
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Mientras escuchaba a quienes ofrecían la conferencia de prensa del jueves 6 de septiembre de 2018 en el Palacio Nacional, me hacía esta pregunta: ¿a qué se debe este nuevo repunte del presidente Jimmy Morales insistiendo en no prorrogar el Convenio de la CICIG a partir del año 2019? ¿Por qué repite Sandra Jovel, ministra de Relaciones Exteriores los falsos motivos gubernamentales de descontento que suponía sustentar tan desacertada decisión? Paralelamente fueron apareciendo desconocidos datos aportados por Aneliese Herrera, antigua asistente de Alejandro Sinibaldi, quien ahora es colaboradora eficaz del MP y de la CICIG, entre las más de ciento y pico de páginas de su reciente testimonio.

De donde me surgió la duda: ¿esto último no fue motivo a apresurar el paso hasta lograr los resultados que ya todos conocemos? Si Sinibaldi tuvo tanto dinero en efectivo en sus manos para comprar el partido Movimiento Reformador y cuanta voluntad se le ponía enfrente, ¿no es lógico que ese dinero haya salido de los bolsillos de tantos corruptos, elegantemente llamados funcionarios o empresarios, que al punto de escuchar pasos de animal grande detrás de ellos provocaron tomar las urgentes como enérgicas decisiones gubernamentales de última hora?

El presidente Morales que tanto ha utilizado el término de soberanía en sus argumentos para “reformar a la CICIG”, anda haciendo hasta lo imposible por lograr el apoyo, cediendo hasta la camisa, del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, por lo que desde ahora le pregunto al amable lector ¿está usted dispuesto a reformar el convenio existente manteniendo a la CICIG como una entidad sin dientes para aplicar las leyes del país y así únicamente sirva de parapeto permitiendo que continúe inalterable la corrupción e impunidad que impide nuestro progreso y desarrollo?

Claro, los primeros en pegar brincos de alegría serán quienes sabiendo las malas artes que han empleado para ganar prebendas o beneficios debajo de agua, a cambio de coimas o de sufragar campañas electorales, llevan rato de lograr jugosos contratos, mientras que en los tres poderes del Estado, los de siempre, seguirían haciendo de las suyas a través de esa mal hadada Ley de Compras y Contrataciones, que para lo único que ha sido útil es para ocultar la realidad de las mismas o para que, quienes teniendo en sus manos el control armado de nuestro territorio, permita que el narcotráfico sea el dueño, amo y Señor Mío de nuestra patria.

Así es como aseguro que nuestros políticos podrán engañar a las entidades internacionales o a las autoridades de países extranjeros pero, jamás lo van a poder hacer con la gran mayoría de la población, sabiendo bien de qué pata seguiríamos cojeando.

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