Víctor Ferrigno F.

Jurista, analista político y periodista de opinión desde 1978, en Guatemala, El Salvador y México. Experiencia académica en las universidades Rafael Landívar y San Carlos de Guatemala; Universidad de El Salvador; Universidad Nacional Autónoma de México; Pontificia Universidad Católica del Perú; y Universidad de Utrecht, Países Bajos. Ensayista, traductor y editor. Especialista en Etno-desarrollo, Derecho Indígena y Litigio Estratégico. Experiencia laboral como funcionario de la ONU, consultor de organismos internacionales y nacionales, asesor de Pueblos Indígenas y organizaciones sociales, carpintero y agro-ecólogo. Apasionado por la vida, sobreviviente del conflicto armado, luchador por una Guatemala plurinacional, con justicia, democracia y equidad.

post author

Víctor Ferrigno F.

Al impedir el ingreso al país al Comisionado de la CICIG, Iván Velásquez, Jimmy Morales ha ignorado una sentencia de la Corte de Constitucionalidad, ha violado un tratado internacional firmado con la ONU, además de violentar preceptos constitucionales que lo obligan a someterse al imperio de la ley. En suma, ha consumado un Golpe de Estado técnico, que no podemos tolerar. Debemos ir a las trincheras ciudadanas y defender la democracia, por todos los medios.

Hace un año, tratando de evitar ser investigado por presuntos delitos electorales, Morales declaró non grato al Comisionado Velásquez, y ordenó su salida inmediata del país. El PDH, Jordán Rodas, interpuso un amparo ante la Corte de Constitucionalidad (CC), la cual aprobó la medida de protección, suspendió la expulsión de Iván, y ordenó a Jimmy que se atuviera al convenio que el Estado de Guatemala firmó con la ONU, en el cual se estableció que cualquier diferendo entre las partes debía ser resuelto mediante la concertación y el diálogo.

Esa resolución de la CC tiene fuerza de ley, y está siendo ignorada por Morales, quien el viernes pasado advirtió que no acatará aquellas resoluciones judiciales del máximo tribunal constitucional, que considere ilegales. Es decir, anunció que se pondría sobre la ley, y lo cumplió. Eso, lisa y llanamente, es un Golpe de Estado técnico.

El 31 de agosto, Morales hizo su anuncio rodeado de tres ministros, jefes policiales y militares de graduación media. Antes, fuerzas policiales y militares rodearon la sede de la CICIG, con la presunta intención de capturar y expulsar a Iván Velásquez. Además, intimidaron a la CC, con patrullajes armados ante su sede pues, supuestamente, tenían intención de capturar a los magistrados y disolver el tribunal constitucional. La fuerte advertencia del gobierno de los EE. UU. los frenó, pero ahora consumó la ruptura del Estado de Derecho.

En el Congreso, los diputados del Pacto de Corruptos aplauden el Golpe de Estado y, aprovechando la crisis institucional, están impulsando una agenda legislativa regresiva, incluyendo una reforma al derecho de antejuicio de magistrados de la CC y Corte Suprema de Justicia, el PDH y la Fiscal General, para que sea el Parlamento quien decida si los despoja de su inmunidad, para chantajearlos en caso de persecución penal.

Estuvimos en guerra 36 años, matándonos entre compatriotas, por no entender que este país no puede seguir sumido en la intolerancia política y racial, y que mientras los de a pie nos enfrentamos, las élites económicas se enriquecen obscenamente, celebrando su festín faraónico sobre una pila de cadáveres.

Aunque sea a medias, logramos construir una incipiente y débil democracia, que Jimmy Morales y el Pacto de Corruptos quieren destruir, con el apoyo financiero y político de la oligarquía. Mientras nos esforzamos por edificar un país para todos, ellos quieren construir nuestra tumba y ampliar su bóveda, pues ya no les cabe el dinero que amasan por la explotación, la corrupción y el lavado.

Ante la arbitrariedad de Morales, el Secretario General de la ONU solicitó a Iván Velásquez que siga dirigiendo la CICIG desde el extranjero, mientras se aclara el diferendo, pues varios ciudadanos ya han accionado ante la CC, solicitando la debida ejecución de su sentencia. Mientras tanto, los políticos corruptos, los empresarios venales y los militares genocidas luchan a brazo partido por el régimen de impunidad que les ha cobijado históricamente, aún dando un Golpe de Estado.

Hoy nos jugamos la libertad con dignidad, la democracia con justicia, y el desarrollo soberano. Nos falta mucho para construir unidad, pero somos buenos para derrocar tiranos. En el cuartel Mariscal Zavala aún cabe el golpista. ¡No demos ni un paso atrás!

Artículo anteriorJulia Louis-Dreyfus vuelve a “Veep” tras diagnóstico de cáncer
Artículo siguienteEl “Moralazo”