Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
La nuestra es una generación que siempre pensó que nos iba a tocar jugar un papel importante, aunque poca gente se imaginó que de lo que hagamos ahora dependería tanto el futuro. Solo Dios sabe por qué hace las cosas y la realidad es que ahora tenemos que enfrentar una complicada situación porque estamos siendo gobernados por un grupo de personas que, compartiendo penas con muchos aliados, están dispuestos a hundirnos, aislarnos y hasta callarnos para intentar salvarse. Nos llevan al pasado para asegurar, según ellos, su futuro.
Desde hace algunas semanas he venido diciendo que se nos acercaba La Hora de la verdad y ahora ya no está cerca sino nos toca bailar con ella. La verdad es que nos lo jugamos todo y no podemos, ni debemos, ni vamos a fallar porque aquí estamos hablando del futuro de nuestros hijos, incluidos el futuro de los menos privilegiados e incluso de aquellos que dicen “respetar” la decisión del Presidente.
Hay que ser muy claros y francos. Jimmy Morales tiene el poder de no pedir la renovación, pero lo hace en un claro, categórico e inequívoco conflicto de interés y eso hace que sus actos estén al margen de la ley. Es como decir que como la PNC tiene la obligación de brindar seguridad ciudadana, se valga de la limpieza social como el mecanismo para brindarla a la población.
Quienes apoyan o respetan la decisión de Morales están jugando con fuego porque no están midiendo que apoyar tales acciones implica alentar un movimiento que atenta contra los mismos intereses de Estados Unidos y solo lo digo porque una de las cosas que preocupa a la gente que actúa mal es el miedo a perder la visa. Que no se les olvide que ese país tiene mecanismos para matar “civilmente” hasta los más poderosos y sino que lo digan los hondureños Rosenthal. Además, es importante recordar que en 2019 sale la lista de los aliados de la corrupción y Norma Torres y muchos otros están siguiendo muy de cerca los eventos. Construir un país guardando silencio ante los conflictos de interés es muy difícil.
Siempre he dicho que este no era un tema de Morales por Morales, pues nuestro Presidente es un simple instrumento de quienes manejan el poder de verdad, pero el mandatario decidió ceder a los máximos miedos y preocupaciones que le generan sus propios hechos y ha liderado lo que es el más nefasto de sus esfuerzos.
Es momento de que los guatemaltecos que deseamos un país próspero e incluyente en el que quien luche pueda tener acceso a oportunidades, nos pongamos de acuerdo, pero no para tener un diálogo para que nada cambie, sino para construir un futuro diferente y cuyo eje central sea la reforma integral del Estado para darle en la torre a los vicios estructurales que generan corrupción, pobreza, injusticias, migración y complicaciones para los que desean caminar al tenor de la ley.
Debemos abrir los ojos y entender que lo que están haciendo aquí es querer derrumbar todo para evitar la justicia aunque eso pase por volarse a la CC e incluso, que no se celebren elecciones. Para quienes han alzado la voz contra Ortega será necesario explicar cómo es que guardan silencio aquí cuando justamente a lo que aspira el Gobierno es a maniobrar como el corrupto presidente de Nicaragua y su mujer.
La Patria llama, el futuro compromete y la ilusión de una mejor Guatemala motiva. Llegó La Hora de la verdad.