Roberto Arias
Como fue apuntado en artículo anterior, a raíz de los abusos cometidos contra la Tierra por la voracidad, surgieron mujeres y hombres con plena conciencia social integral y se unieron y… se organizaron con la finalidad de defender sus tierras, su salud y sus familias. No cabe duda que se ha posicionado el movimiento de mujeres, particularmente el feminismo, frente a la intranquilidad ambiental. De allí que se construyó la interrelación entre medio ambiente y fuerzas sociales, con énfasis en las Organizaciones No Gubernamentales (ONG).
Nos encontramos, de esa manera, en un terreno donde, en el marco de la creciente preocupación por la conservación y buen equilibrio del medio ambiente, se tejen alianzas, se disputan dominios en la configuración misma de ese espacio y en la posición de los distintos protagonistas.
A nivel global, el feminismo y el ambientalismo son movimientos políticos que no hace mucho tiempo tenían sus agendas y recursos dirigidos hacia espacios distintos. No olvidemos que las mujeres fueron protagonistas muy importantes desde la Conferencia Mundial del Medio Ambiente y Desarrollo (UNCED), realizada en Río de Janeiro, en junio de 1992 y, el Forum Global del Medio Ambiente, organizado por las ONG, lo que indicó la relevancia de esa temática para miles de asociaciones de la sociedad civil en varios países.
El ambientalismo surgió de la ecología que, por su lado, constituye una ramificación de las Ciencias Biológicas. A través de los años el ambientalismo amplió su visión y su alcance, trayendo los aportes de varias ramas de la ciencia, tanto de los pensamientos sociales, económicos y políticos, como elementos configurantes de ese campo del saber y de acción política. De acuerdo a H. Le’s las cuestiones del medio ambiente implican también diferentes etapas como la científica, la política, la empresarial y la espiritual.
Pero es muy significativo dejar en claro la importancia y el interés que tiene el género femenino en la conservación del medio ambiente, desde las primitivas épocas de cuando eran las recolectoras, antropológicamente hablando y, su condición persiste hasta la fecha. Podemos verlo claramente en el conflicto de La Puya, en Guatemala, en la Argentina, Bolivia, Brasil y, prácticamente en toda la América Latina. La mujer haciendo resistencia con su prole, que es lo que fundamentalmente defiende.
Desgraciadamente los entes políticos que han estado en el poder hasta la fecha, especialmente a partir de Álvaro Arzú Irigoyen, quien redujo el aporte de las mineras al 1% del valor de los minerales que se llevan las mineras, hasta el gobierno actual, no han puesto el dedo sobre esa llaga y, tampoco lo han hecho las instancias internacionales que dicen velar por desmantelar las estructuras viciosas y eliminar la corrupción en Guatemala, a pesar que ese porcentaje tan ridículo como su autor, no es más que un estructurado, abierto y corrupto saqueo en descampado al pueblo y a la República de Guatemala.
Las disposiciones humanas siempre tienen un impacto en el medio ambiente.
