Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

El presidente Jimmy Morales y su descarada alianza evangélica termina diciendo en su discurso de expulsión del comisionado Velásquez: «El gobierno cree en la vida, la familia formada por hombre y mujer y las elecciones libres y no intervenidas». Sus palabras dan asco.

El gobierno y el Estado no creen en la vida, es mentira, dejan morir a niños y niñas por desnutrición y pobreza extrema. Por violación y violencia. El Estado no es laico porque toma decisiones públicas con base en los valores y creencias de una sola religión. Y las elecciones no son libres, están intervenidas por las mafias, la corrupción y el crimen organizado.

En resumen, Jimmy miente y de manera cínica se parapeta en los incautos para que sostengan su gobierno inepto.

El Congreso de la República ha demostrado ser aliado de Jimmy y la impunidad, ese escenario ya no es de representación y menos de incidencia. Las calles darán cuenta de nuestra aceptación o no del statu quo, de la confrontación que los corruptos lograron instalar engañando a la población.

Somos una vergüenza de país, por los números que dicen que somos de lo peor en cuanto a pobreza extrema, corrupción, impunidad y demás tumbos de materia escatológica que desde el Estado, y particularmente este gobierno, se vierte sobre la población de manera legal y supuestamente moral. Pero déjenme decirles algo, toda ley, orden presidencial, ministerial o de cualquier lugar público que venga, si no cumple su cometido, si no logra su objetivo: ES INMORAL. Por lo que eso de que el Estado protege la vida es inmoral porque no es cierto, y más inmoral es que el actual gobierno defienda la soberanía y las leyes internas: se postran ante Israel y Estados Unidos, se saltan las leyes para ganar elecciones y luego se dan baños de pureza. Este gobierno es inmoral. El Presidente es inmoral. El Congreso es inmoral.

Ante los gorilas: Rebeldía. Yo como ciudadano me declaro en rebeldía y desconozco al Presidente de la República, a todo su impresentable Gabinete y a las y los diputados que integran el Pacto de Corruptos en el Congreso de la República.

La decisión que los poderosos grupos que luchan contra la corrupción han hecho tomar al que pasó de mal comediante a pésimo Presidente, abre una nueva época y nueva coyuntura. La confrontación está instalada y su caldo de cultivo y motor es la crasa ignorancia de las masas adoctrinadas en el ciego obedecer, el Ejército ha sido sustituido por las huestes protestantes y sus aliados más conservadores en la Iglesia Católica. Basta ya de tanto embrutecimiento y de tanta manipulación de la fe. Dejen que cada persona viva su religiosidad sin que esta se inmiscuya en los asuntos del Estado.

Amenazar con capturas por sedición es lo más bajo que se puede hacer para inmovilizar a la población, sus ideas y voces. A mí, me vienen guango esas amenazas. Los esbirros que ni siquiera se asoman, pero se ríen en la oscuridad mientras sus monigotes blanden el garrote, pueden estar seguros que les plantaremos cara a sus amantes servidores y a ustedes. Se acabaron las medias tintas.

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