Arlena Cifuentes
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La lucha de los profesionales de Salud, constituidos en Asamblea desde hace ya varias semanas, se ha hecho cuesta arriba, debido a la postura bastante rígida asumida por el ministro Soto. Han denunciado también, amenazas y hostigamiento en su contra. Lo que me parece imperdonable es que el Ministro traslade a los medios de comunicación y a la población información falsa, en ningún momento el Comité Ad hoc aceptó una “tregua”. Como indignante se ha calificado la propuesta de un único bono de Q4 mil. Es penoso el egocentrismo manifestado por el Ministro, como todo un señor feudal, al expresar: “No les puedo hacer el incremento porque no tengo el pisto”, “Solo tengo como Q1 mil millones”, los recursos, que él llama “su pisto”, no son suyos, son del pueblo.

La opinión vertida a la población por algunos columnistas y reporteros, en los medios de comunicación, ha sido inexacta. La emergencia atiende a los enfermos que necesitan atención inmediata. Las cirugías de urgencia se siguen realizando las 24 horas del día, han sido suspendidas las electivas. Los médicos residentes no trabajan ocho horas diarias, como el resto de funcionarios públicos, quienes laboran siete, pues una es de almuerzo. En las especialidades que conozco deben recorrer cinco años de práctica y estudio para obtener el cartón de la especialidad, es decir un total de doce años.

Trabajan diariamente alrededor de 12 horas diarias; si turnan cada tres días, esto representa un promedio de 120 horas semanales; si turnan cada cuatro días son 90 horas semanales; en el 50% de los servicios, temo quedarme corta, acuden al hospital de lunes a domingo dependiendo, como lo señalé arriba, del servicio. Tanto los comentaristas como los analistas deben informarse apropiadamente, es su responsabilidad. Cada especialidad tiene exigencias distintas. No se puede cerrar los ojos a una realidad que es más que evidente: el Sistema de Salud está colapsado.

Ante las exigencias de los sindicatos más beligerantes como lo son el de Educación y el de Salud, nunca he observado que se viertan tantas opiniones sobre las repercusiones que los paros de labores ocasionan. Por otra parte, si para el pacto asumido por el presidente Jimmy Morales con Joviel Acevedo no hubo reparos, más bien el Presidente se comprometió a hacer efectivas las demandas por él exigidas, porqué los descalificativos, la resistencia y las actitudes de prepotencia en el caso que nos ocupa. Durante los últimos días en funciones de la exministra Mack se contrataron 40 trabajadores para limpieza, personal que era totalmente innecesario. Debe cuestionarse el porqué de esta contratación, probablemente ella ni se enteró del hecho.

No puede compararse la preparación de un maestro o de un trabajador de limpieza con los años de estudio, las exigencias, responsabilidades y largas jornadas de trabajo que tienen a su cargo los médicos residentes, son ellos quienes realizan verdaderamente el trabajo de a pie. Los más de tres millones invertidos por el Congreso de la República en uniformes no deberían pasar desapercibidos. Es irresponsable tratar estos temas con ligereza.

Hay una tabla comparativa publicada por Prensa Libre sobre “cuánto ganan los médicos en Guatemala”, la cual no refleja la realidad en el caso de los residentes. Estas han sido promediadas del sueldo que obtienen los jefes con horarios de jefes. El sueldo base de un residente es, en promedio, de tres mil cuatrocientos quetzales que se ajusta con bonos, es decir que el Bono 14 se calcula a partir del sueldo base. Un residente con diez años de estudio recibe alrededor de Q6 mil 200. A ello sumémosle los costos de los congresos, compra de uniformes y otros gastos en los que incurren por obligatoriedad, para reverenciar y tener contentos a los de mayor jerarquía. Júzguese pues, si estamos frente a una situación justa o injusta.

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