Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Para quienes la situación económica es una preocupación y ven en ciertos grupos a personas interesadas en socavarla, deben repensar sus escenarios y mapas de actores porque es necesario poner al Gobierno, liderado por Jimmy Morales, como un agresivo jugador cuyas acciones nos ponen en una complicada situación no solo para generar confianza, sino para crecer, cerrar las brechas y generar mercados.
El día lunes vimos a los ministros que llevaron la junta de Gabinete a la Corte de Constitucionalidad (CC) para acuerpar a Sandra Jovel en la ejecución de una política exterior que la marcará para siempre porque el tema central ha sido socavar la lucha contra la corrupción en Guatemala.
Juan Francisco Sandoval, jefe de la FECI, denunció el pasado martes entorno a los operativos relacionados al tema de corrupción que era la primera vez en 10 años que la PNC no apoyó al Ministerio Público (MP) en las diligencias, lo que mandó otro mensaje de la agenda final de este gobierno.
Las autoridades dijeron que no les avisaron con suficiente tiempo y en ese marco, es importante recordar aquellos allanamientos del 13 de abril del año en curso, en el que unos abogados estaban esperando a los investigadores en los lugares allanados; en otras palabras, la fuga de información entorpeció las diligencias judiciales.
Quienes deciden apoyar la agenda de regresar al pasado se quedan con argumentos limitados para debatir con seriedad entorno al estancamiento de la economía porque para arreglar este, necesitamos de debates y soluciones que nos permitan enfrentar los vicios que no permiten mayores o sostenidos crecimientos que nos dejen, como dije, generar más oportunidades para todos (los que ya tenemos y los que aún sueñan con algunas).
Hay que decirles a esas personas que deben tener mucho cuidado porque no vaya a querer Dios que cuando en febrero del 2019 salgan las listas de quienes Estados Unidos creen aliados de la corrupción, sus actos (por muy secretos que crean ser) pueden llevarlos a ser catalogados como enemigos del progreso y amigos del regreso al pasado.
He dicho con toda convicción y firmeza que el cambio de Guatemala va más allá de Jimmy Morales y su Gobierno. Esté o no Morales, si no somos capaces de enfrentar nuestro problema sistémico, nunca podremos tener un futuro cuya base sea la integralidad y la sostenibilidad.
Y una vez más, preocupa pensar que Ortega y Murillo fueron trazando y ejecutando planes similares a los que tienen algunos aquí y los guatemaltecos debemos entender que la indiferencia ante los riesgos que estamos viviendo es muy pero muy peligrosa. Morales, por todo lo que ha pasado, ya cruzó un punto en el que no hay retorno, pero los ciudadanos tenemos que definir aún qué Guatemala queremos y cuánto deseamos luchar por conseguirla.
A la agenda del Gobierno se le suman las intenciones de algunos en el Congreso y algunos en el Organismo Judicial y ese triunvirato, con esas intenciones, es terrible para la economía, para el desarrollo, para el futuro y para lograr una Guatemala en el que quiera y se esfuerce, logre un futuro mejor.