Juan Francisco Reyes

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Juan Francisco Reyes López
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Una cosa es lo que de buena fe se conviene y otra es lo que partidariamente va aconteciendo.

Concluido el primer año de gobierno, Jorge Serrano incumplió lo pactado originalmente y aliándose con Jorge Carpio, secretario del partido UCN, y parte de los diputados que ya habían sido legisladores en otros gobiernos, rompieron el acuerdo de cómo se debía integrar la Junta Directiva del Congreso y se coaligaron para elegir a Edmund Mulet, quien contaba con el apoyo de Obdulio Chinchilla, Pepe Lobo, Jorge Carpio y el mismo Jorge Serrano, de quien Mulet era su abogado personal.

De esa forma se inició lo que después se convirtió en la trinca infernal. Este grupo de diputados fue el que incluso movió a Jorge Serrano a romper el orden constitucional, argumentando que no podía gobernar con estos diputados en la cabeza del Congreso y con Juan José Rodil como presidente de la Corte Suprema de Justicia.

Una muestra más del deterioro que se produjo en el segundo y tercer año de gobierno fue que Edmund Mulet contrató un camión para que trasladara todos los documentos y comprobantes de su gestión como presidente del Congreso y que el mismo fuera asaltado y desaparecido a plena luz del día, cuando se desplazaba del edificio del Organismo Legislativo al edificio de la Contraloría General de Cuentas.

También en el Congreso, el PAN y el FRG (el PAN con sus 12 diputados y el FRG con sus 9 diputados) crearon un frente de oposición que buscaba el bien común y no el poder por el poder; aun así, en el tercer año de legislatura quedó electo como presidente del Parlamento Pepe Lobo, quien continuó coaligado con Obdulio Chinchilla, Edmund Mulet, Héctor Mayora y otros diputados de la antigua guardia.

Todo ello provocó una polarización en el Ejecutivo, en el Legislativo, inclusive en el Judicial, lo que de forma continuada llevó a lo que históricamente conocemos como el “Serranazo” donde, sin ningún fundamento legal, el presidente Jorge Serrano disolvió al Congreso de la República, a la Corte Suprema de Justicia, a la Corte de Constitucionalidad, al Procurador de los Derechos Humanos y se permitió nombrar organismos de sustitución, lo que en pocos días implicó que él y su familia tuvieran que abordar un avión hacia El Salvador y después hacia la República de Panamá.

Como es históricamente sabido, al violar el presidente la Constitución y salir ilegalmente del país, el Congreso declaró vacantes los cargos de presidente como de vicepresidente, aspecto que trajo como consecuencia que el Congreso eligiera como presidente de la República a quien había sido Procurador de los Derechos Humanos, Ramiro de León Carpio, quien a su vez propuso una terna donde se imponía al presidente del Tribunal Supremo Electoral, don Arturo Herbruger, a quien la mayoría del Congreso, a pesar de su edad, se inclinó por elegirle vicepresidente de la República.

Esta crisis no se resolvió sino hasta que de común acuerdo Ramiro de León Carpio y parte del Congreso convinieran en modificar la Constitución, disolviéndose al Congreso.

Ello implicó que el FRG obtuviera 34 de 80 diputados, el PAN 15, Democracia Cristiana 12, UCN 4; hecho que si se hubiera mantenido el respeto que había existido entre el PAN y el FRG habría implicado que estos dos partidos integraran por si solos la Junta Directiva del Congreso. Lamentablemente el PAN no respetó esa posibilidad, por lo que de septiembre a enero se aliaron con la DC y la UCN dejando fuera de la directiva al FRG.

¡Guatemala es primero!
Continuará.

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