Factor Méndez Doninelli
«En esta conmemoración anual, comprometámonos a hacer plenamente realidad la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, incluidos los derechos a la libre determinación y a sus tierras, territorios y recursos tradicionales».
António Guterres, Secretario General ONU. 2018.
Adoptando las propuestas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), utilizo una de las etiquetas como título de esta nota. El 23 de diciembre 1994, la Asamblea General de la ONU adoptó la resolución 49/214, disponiendo que durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas se celebre el 9 de agosto de cada año el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas, para conmemorar el día en que el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías celebró su primera reunión en 1992.
Luego la resolución A/RES/45/164, proclamó 1993 como el Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo y el primer Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas que comenzó el 10 de diciembre de 1994, con el propósito de fortalecer la cooperación internacional para buscar solución a los problemas que afrontan las comunidades indígenas en asuntos de derechos humanos (DD. HH.), medio ambiente, desarrollo, educación, trabajo y salud.
Los pueblos indígenas, representan una diversidad conformada por más de 5,000 grupos distintos en 90 países que suman 370 millones de personas aproximadamente, equivalente a más del 5% de la población mundial. Siguen siendo poblaciones despreciadas, excluidas, discriminadas y vulnerables que representan el 15% de los más pobres.
Estos pueblos poseen una cultura ancestral, rica en atributos sociales, culturales, económicos y políticos diferentes a la cultura dominante y las sociedades con las que conviven. Tienen acumulados siglos de lucha buscando respeto y pleno reconocimiento de su identidad, formas de vida y sobre todo, el derecho sobre sus territorios y recursos naturales, pero sus derechos siempre son violados, continúan la persecución y despojos a la fuerza de sus territorios. La comunidad internacional reconoce que se necesitan medidas especiales para proteger sus derechos, mantener sus culturas y formas de vida.
En Guatemala, los pueblos originarios tienen más de 500 años de resistencia, defendiendo el territorio y los recursos naturales, por lo cual, son perseguidos, reprimidos, criminalizados y judicializados, además, muchos son ejecutados. En América, Guatemala es uno de los países más desiguales, donde la mayoría de indígenas están hundidos en la pobreza, con baja o ninguna escolaridad y sus hijos padecen de desnutrición, sin oportunidades de acceso a la educación, la salud, la alimentación.
Este año, los temas de migración y desplazamiento de pueblos indígenas se enfocan en la situación actual de los territorios indígenas, las principales causas de las migraciones, la circulación transfronteriza y los desplazamientos.
En mayo de este año, Guatemala recibió la visita de Victoria Tauli-Corpuz, relatora especial de la ONU sobre derechos de pueblos indígenas, quien después de recorrer varias comunidades indígenas advirtió: “Para mí fue escandaloso ver que hay una segregación. (En Guatemala) hay dos mundos: los ladinos que lideran, los que controlan la economía y el sistema político y luego, la mayoría que está ignorado, que son marginados y perseguidos en muchos casos porque se asocian, resisten y protestan. A menos que esta división sea seriamente confrontada no sé qué va a ser de un país como este”.