Fernando Mollinedo C.
En la conducta diaria del ser humano, hay conceptos que encierran grandes verdades que casi todos los tenemos y los desarrollamos en las características de nuestra personalidad; en el trato diario con otras personas y en general, con quienes tenemos relaciones sociales permanentes o casuales. El presente artículo no pretende ser una lección de psicología o filosofía, pero al repasar el contenido esencial de las conductas actuales en la vida diaria y en la administración pública de muchos países, nos parece útil explicarlo.
Los PRINCIPIOS son las ideas básicas sobre las cuales se desarrollan que dan origen, razón fundamental discurriendo en cualquier materia y son la causa u origen de algo; cualquiera de las primeras proposiciones o verdades fundamentales por donde se empiezan a estudiar las ciencias o las artes. Norma o idea fundamental que rige el pensamiento o la conducta.
Los Principios considerados como deseables para orientar las acciones de un ser humano, indican los derroteros a tomar en los diferentes aspectos de nuestra vida. Hay principios familiares, políticos, religiosos y profesionales que indican cuáles son los objetivos inmediatos y mediáticos que se persiguen con determinada conducta. Sin principios, nos alejamos de las buenas acciones y permitimos que cualquier actitud sea contraria a los intereses generales de la sociedad.
El VALOR, entendido como el grado de respeto y atención que se merece la persona para ser tratada de acuerdo a los conceptos morales, sociales, religiosos y educativos que se merece atendiendo a su edad, sexo y otros factores como salud, necesidad u otros.
Los valores tienen polaridad en cuanto a positivos o negativos y jerarquía en cuanto a superiores o inferiores y desarrollan virtudes que desplegadas diariamente benefician a nuestro entorno y a la sociedad en general. Éstos pueden ser universales, es decir, de observancia general y sirven para apreciar a quienes los practican y los ostentan. Cada época social en el desarrollo de las culturas se demuestran en aspectos de: honestidad, respeto, gratitud, responsabilidad, tolerancia, integridad, amistad, lealtad y otros más.
Por su parte, las CONVICCIONES son las ideas en que creemos y que forman la base moral y cívica de nuestra conducta; sean éstas religiosas, éticas o políticas a la que se está fuertemente adherido, es decir, en las que se cree con firmeza y en algunas ocasiones de forma dogmática; es decir que alguna idea o cosa esté probada de manera que racionalmente no se pueda negar.
Algunas convicciones positivas son: mejorar el sistema de control gubernamental para evitar la corrupción como uno de los grandes males en la sociedad; leer me enriquece el espíritu; la educación es la base del desarrollo y progreso; el turismo enriquece la economía formal e informal y otros…
En Guatemala, el Ministerio de Educación y la Familia en sí, son los referentes directos para inculcar estos principios, valores y convicciones desde las edades parvularias y así tener en un futuro cercano, personas con conductas afines al desarrollo integral de la población.