Juan Francisco Reyes López
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Ser gerente del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, IGSS, en esa época era un puesto equivalente a ser ministro de Estado, porque si bien el gerente debía respetar las decisiones de la Junta Directiva, también tenía plena autoridad sobre todos los empleados del Seguro Social, sean estos médicos, técnicos, enfermeras o simplemente personal administrativo. El hecho es que aproximadamente 6 mil 500 personas dependen de la gerencia del IGSS.
El Seguro Social fue creado para servir a los trabajadores afiliados del país y toda empresa que tenga más de tres trabajadores contratados tiene la obligación de estar afiliado al IGSS, no existe ninguna otra entidad, de conformidad con la Constitución que preste servicios de atención médica de accidentes, de maternidad, de enfermedad común y de invalidez, vejez y sobrevivencia en Guatemala.
Por lo tanto, el Seguro Social, a través de la Junta Directiva y la gerencia, debe velar porque todas las entidades del sector privado y del sector público recauden y aporten las cuotas respectivas y a su vez presten los servicios ya mencionados a todos los afiliados del país, según los diferentes departamentos.
En la gerencia del IGSS encontré que los servicios de los médicos en todos los hospitales del Seguro Social se encontraban relajados. Lo primero que hice fue uniformar las jornadas, a todos los médicos se les solicitó que prestaran cuatro horas de servicios diarios, fueran estos en la mañana o en la tarde, tanto en la consulta externa como en el servicio hospitalario.
El segundo aspecto que se normó fue el que, no importando el hospital, la estancia día-paciente, según el caso, respondiera a estándares internacionales y así beneficiar al afiliado como a la institución.
El tercer aspecto que se logró mejorar fue el servicio odontológico, no solo estaba desordenado, incluso habían médicos odontólogos que no eran adecuados, por lo que dicho servicio se logró aumentar en beneficio del afiliado en un 150% como lo señala la Memoria de Labores respectiva.
Al finalizar el año, en diciembre de 1982, habiendo sido permanentemente fluida la comunicación de mi persona, como gerente, con el General Efraín Ríos Montt, él me propuso que el IGSS fuese intervenido. Aunque no fue una acción fácil para mí, por cuanto yo provenía y había sido propuesto como gerente por la Junta Directiva, había hechos que hacían una mejor alternativa trabajar como interventor, razón por la cual acepté dicha acción, la que se implementó mediante el Decreto Ley 120-82, que me transformó en interventor de la Seguridad Social.
Esa decisión me permitió ser más eficiente y rápido en todo aspecto de la administración y dirección del IGSS, la gestión duró hasta el día en que el General Mejía Víctores y otros oficiales remplazaron al General Ríos Montt como Presidente del Estado de Guatemala; y, aun cuando el General Mejía Víctores me ofreció continuar en el IGSS, le respondí que agradecía su oferta pero que había llegado a esa responsabilidad con el General Ríos y con él partía.
¡Guatemala es primero!
Continuará.