Danilo Santos
Politólogo
El teatro, nos dice Augusto Boal, es “¡el arte de vernos a nosotros mismos, el arte de vernos viéndonos!”. Y al parecer al ciudadano presidente le fascinó lo que vio, cómo se vio y se quedó embelesado viéndose como “estadista”, como el “ungido”, como “Comandante en Jefe del Ejército”, como aliado leal de jurados anticomunistas organizados en la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala y, la sangre nueva de los neoconservadores entronizados en la Fundación Contra el Terrorismo; pero más importante aún y lo menos conocido por el público, como el que encabezaría la liberación del pueblo de la injerencia extranjera, es decir el hacedor de “Guatemala para los del G8”, para nadie más.
Los ataques que ha recibido la Comisión Internacional Contra la Impunidad, especialmente con el Comisionado Velásquez al frente, es un indicador de una intrincada red de relaciones, intereses, miedos y por todo tipo de desmanes cometidos con tal de mantener el control del Estado y usufructuar el producto del trabajo de generaciones y generaciones de guatemaltecos y guatemaltecas, prácticamente desde la fundación de la República.
Cuando se dieron cuenta que la cosa iba en serio y que la CICIG no solo era lucecita para escena y que, además, ganó como apoyo a la otrora fiscal Thelma Aldana; se agruparon y unieron todas sus mañas para crear una estrategia que les devolviera el control del Ministerio Público, se lograra la expulsión de Velásquez y todo volviera a la “normalidad” que llevó al ciudadano Morales a la Presidencia de la República. Limpiaron la Superintendencia de Administración Tributaria, el Ministerio de Gobernación y lograron con éxito colocar un alfil como Fiscal General. Donde más problema tienen es en el Congreso de la República, porque, aunque lo controlan a su antojo, es su peor referente, y desnuda sus miedos y ambiciones con cada acción legislativa profunda (y el Pacto de Corruptos se encarga de arruinarlo todo con otras iniciativas más vulgares).
Por otro lado, no podemos dejar de mencionar que “la Embajada” ya no les apoya del todo. La región mesoamericana es un gran foco de problemas para los Estados Unidos y quienes han estado cuidando las trancas en las fronteras y administrando las fincas; pues simplemente han fracasado y han incubado sociedad y culturas antropófagas, capaces de comerse a sí mismas adoctrinadas desde los aparatos ideológicos del Estado (principalmente escuela e iglesias), para no mover un ápice el estado de cosas si dios y los patriarcas no quieren. La oligarquía, sus gorilas y la sociedad violenta que antes era útil para contener el comunismo, es obsoleta para la democracia, el Estado de Derecho y desarrollo de una República.
Ahora, con la irrupción en el escenario político electoral de Thelma Aldana, tiemblan más que nunca, porque ella representa la posibilidad de hacer viable a Guatemala frente a los Estados Unidos y los demás Estados cooperantes.
Lo que no le dijeron sus titiriteros a Morales es que su faire du thé théâtre, su manipulación, exageración y distorsion de la verdad, han vuelto de su teatro sinónimo de mentira, y eso está llegando a su final. El modo en que se verá a sí mismo cuando su período termine será en medio de una escena a media luz recitando parlamentos incoherentes y sin el aplauso de quienes lo encumbraron en un poder ficticio, pero dañino para los espectadores.