Roberto Arías

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Nació en la ciudad de Guatemala el 5 de mayo de 1942. Especializado en asesoría en comunicación, con especialización en medio ambiente. Estudió Comunicación en la Universidad de San Carlos de Guatemala y posee un postgrado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO, así como un postgrado en Forestería y Medio Ambiente de la Universidad de Auburn, Alabama, EEUU. Ha conducido programas de radio y televisión, entrevistando a personalidades nacionales e internacionales.

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Roberto Arias

Apocalipsis 11:18
Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.
Biblia: Versión Reyna Valera.

Leí con atención el artículo de Alfonso Mata “Medio ambiente y crecimiento económico”, publicado por el Diario La Hora el reciente 13 de julio en página 12, artículo que me pareció excelente, pues toca puntos clave de la problemática económico-ambiental, la cual se ha agigantado a niveles increíbles en tan sólo unos cincuenta años. Eso nos da una idea de la fantástica vorágine en la que la humanidad se ha metido. Esta vorágine tecnológica-ambiental, seguramente podría acabar con la humanidad misma, si no sucede algo importante antes.

El artículo se centra en las contradicciones permanentes que rodean esa controversia desde hace muchísimos años. Dice Mata: “…esta debería de partir no de un decir y sentir político o industrial, como ha venido sucediendo, sino de una discusión seria y honesta multidisciplinaria, que englobe en sus conclusiones tanto alcances para el presente como para el futuro ambiental y social y no tomar decisiones basadas solo en el juego de la expansión del capital productivo y su distribución dentro de la economía nacional, relegando a segundo plano el bienestar y la calidad de vida humana y la subsistencia de otras especies asociadas a diversos nichos ecológicos y sus ambientes.” (sic)

Es virtuosa la cosmovisión que manifiesta Alfonso Mata en su escrito, por lo demás moral pero transigente, porque realmente, como hemos podido observar a través de la historia desde sus orígenes escritos y los descubrimientos de arqueólogos y antropólogos, el hombre, genéricamente hablando, ha buscado mucho más “el juego de la expansión del capital productivo y su distribución dentro de la economía” que “el bienestar y la calidad de vida humana y la subsistencia de otras especies asociadas a diversos nichos ecológicos y sus ambientes.”

Buscar una discusión honesta es algo meritorio, donde científicos puedan hacer sus ponencias desde sus propias disciplinas y principios, integrando una discusión formal que llevara a la solución real de la problemática planteada por Mata.

Sin embargo, si esto no se ha logrado en las Cumbres mundiales con la participación activa de la mayor parte de países del mundo, es un poco difícil que pueda haber una discusión que sea de la altura mencionada por Mata y que sea tomada en serio por el conglomerado de países que conforman la Comunidad de países del mundo entero. Los Estados Unidos ya se han retirado de convenciones signadas ante todas las naciones a favor de amortiguar las emanaciones dañinas al Medio Ambiente.

La riqueza económica ha estado muy por encima de cualquier consideración que sirva para el bienestar de la humanidad y del planeta, dada la corrupción y la voracidad arraigada dentro del ser humano, a partir de los inicios de su creación.

Continúa.

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