Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Hay quienes, con la excusa de mantener una ficticia institucionalidad, dicen que no es bueno hablar de nuestros vicios y problemas, pero Guatemala atraviesa momentos complicados que nos pueden llevar a la situación de Nicaragua si no actuamos con firmeza y determinación para decir YA BASTA.

En el país la institucionalidad está sirviendo, en gran medida, para que los enemigos del cambio integral lideren la carga para instalar la dictadura de la corrupción y hay que decir, le pese a quien le pese, que desde los tres poderes del Estado se está maniobrando de manera burda en favor de la impunidad y la corrupción. No ganarán la batalla definitiva, pero el daño que están haciendo al país y su gente es terrible.

Cuando los jueces de mayor rango del Organismo Judicial, aglutinados en la Corte Suprema de Justicia (CSJ), se trazan de meta hostigar a los jueces independientes (y hasta celebran aceptar los antejuicios como fue el caso de Erika Aifán) y operan para lograr los votos en la Corte de Constitucionalidad (CC), debemos poner las barbas en remojo porque es el claro ejemplo de cómo estamos siendo liderados por el enemigo que se escuda en un poder que le da la “institucionalidad” y ahondan en la falta de certeza.

Lo mismo pasa desde el Congreso, cuando no solo vemos que se aprestan a aprobar lo que sea necesario para darle oxígeno a este colapsado sistema y lo harán en los seis meses que quedan previo a la convocatoria de elecciones, sino que, además, algunos de sus más pícaros miembros transan y maniobran con las mafias para intentar lograr sus intereses y salvarse de la justicia.

Y qué decir del Organismo Ejecutivo. A Jimmy Morales le deben de saber ni qué secretos que las mafias lo tienen donde quieren y liderando la carga del mal; vemos cómo, el Ministro de Gobernación, está intentando jugar el papel que dejó con su fallecimiento su antiguo empleador (Álvaro Arzú). Si nos preocupa lo que sucede en Nicaragua, debemos poner las barbas en mucho remojo porque aquí ya hay claros indicios de cómo se abusa del poder y eso es sumamente peligroso.

Quienes estarían llamados a defender al país y fortalecer la institucionalidad, son los que están encargándose de las fechorías y por eso decía que estamos siendo liderados por el enemigo. Están pactando con quien sea necesario para intentar defender lo indefendible y eso los hace más peligrosos.

Y por esa afanosa intención de pactar hasta con el diablo mismo, si es necesario, para lograr los objetivos trazados, es que resulta grato ver el papel que poco a poco ha ido asumiendo la Fiscal General Consuelo Porras y el papel que, principalmente, han tenido tres magistrados de la CC –Gloria Porras, Francisco de Mata Vela y Boanerge Mejía– pues sin su voto en tiempos complicados, en Guatemala ya reinaría en total plenitud la dictadura de la corrupción.

Hay gente que se la está jugando y por eso es que los chapines debemos hacer lo mismo. En estas condiciones, jugárnosla significa redoblar esfuerzos para alcanzar acuerdos con quienes estén dispuestos a comprometerse de verdad, porque no hay cabida para quienes dicen una cosa, pero hacen otra diferente. He dicho hasta el cansancio que estamos a punto de vivir nuestras horas más críticas y será la determinación de los ciudadanos la que sentará las bases para definir qué país tendremos en la próxima década.

Estamos, sin duda, siendo liderados por el enemigo pero también, sin duda, de nosotros depende enderezar este rumbo para que juntos podamos generar condiciones que nos beneficien a todos por igual y nos ayuden a cerrar las grandes brechas de este país.

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