Stu Velasco
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Sorprendió la reciente libertad de quien debe ser considerado uno de los más dañinos y cobardes criminales de la historia de Guatemala, JUAN CARLOS MONZÓN ROJAS. Dañino en toda su dimensión al liderar estructuras criminales que socavaron las arcas del Estado en toda oportunidad desmedida, que él tuvo en función y aprovechamiento de su cargo como secretario de la vicepresidenta Roxana Baldetti Elías, y cobarde en lo más profundo de su concepción al haber negociado y robado el futuro y bienestar de miles de niños que padecían de desnutrición extrema en nuestro país, a quienes nunca llegó su alimentación y a otros que se alimentaron de producto fenecido, sin controles sanitarios.
Para asombro, molestia y preocupación de miles de guatemaltecos este perverso criminal está en libertad, luego de dos años y ocho meses de prisión, lo que numerosos ciudadanos consideran es muy poca cosa o nada para la diversidad de delitos cometidos, beneficios espurios que obtuvo en su recurrente vida criminal y en comparación al grave daño ocasionado a nuestra sociedad; esto coloca en la palestra pública y abre nuevamente el debate respecto a la figura del colaborador eficaz, su uso en el Derecho Penal guatemalteco, la clase de beneficios que éste recibe y la ponderación que el Sistema de Justicia, Ministerio Público, Organismo Judicial y CICIG, han realizado a través de sus fiscales, jueces e integrantes de la Comisión, para solicitar y concederle la libertad a quien fungió como líder operativo-organizacional en casos como: Bodegón, La Línea, Cooptación del Estado, entre otros.
Nuestra legislación atendiendo a principios del Derecho Premial comprendido éste en el marco del Derecho Penal, “cuando una persona comete un delito y rápidamente acepta su responsabilidad penal y, además, colabora con el esclarecimiento del mismo, el Estado judicial lo premia con una disminución punitiva y el código de procedimiento penal modula el monto de la rebaja en la pena” (última ratio Derecho Premial).
En nuestra Ley contra la Delincuencia Organizada, Decreto 21-2006, se establece la figura del colaborador eficaz y en su Artículo 92, los beneficios los cuales son: a) El criterio de oportunidad o la suspensión condicional de la persecución penal; b) Durante el debate oral y público y hasta antes de dictar sentencia, el sobreseimiento para los cómplices, o la rebaja de la pena hasta en dos terceras partes al momento de dictarse sentencia, para los autores-92 bis. No se podrán otorgar los beneficios de criterio de oportunidad, suspensión condicional de la persecución penal o sobreseimiento, a los jefes, cabecillas o dirigentes de organizaciones criminales.
El caso del criminal JUAN CARLOS MONZÓN ROJAS exige reflexionar y evaluar cómo se está utilizando al colaborador eficaz en Guatemala, de acuerdo, el fin del Derecho Premial materializado en nuestra norma jurídica es “premiar” al criminal que acepte su responsabilidad penal y colabore a la resolución de los casos, nos debemos preguntar en dónde está esa frontera y qué parámetros la definen, en qué calidad y nivel de “premio” debe recibir un peligroso delincuente ante su colaboración y cuál debe ser su sanción penal, y en la respuesta a esa interrogante el Sistema de Justicia y sus operadores jamás deben privilegiar al criminal sino darle connotación y prioridad a la sociedad que ha sido víctima de sus actos.
El colaborador eficaz tiene un importante aporte en la resolución de casos, pero no debe convertirse en la regla, policías, fiscales y jueces deben esforzarse cada vez más en resolver de forma integral los crímenes con uso de sus propias capacidades y reconocimiento a ellos por su valentía.
Juan Carlos Monzón Rojas, ladrón de nuestro desarrollo, GUATEMALA NO TE AGRADECE NADA.
