Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

La semana pasada desayunaba y almorzaba con algunas personas que me decían que tenían la percepción que muchos actores, incluida La Hora, teníamos un tema personal contra Jimmy Morales y su Gobierno. Claro está que les expliqué con sólidos argumentos de por qué eso es falso, recordándoles que tanto mi padre como yo sostuvimos reuniones con el mandatario con el afán de que abriera los ojos y rompiera con sus roscas que lo tienen donde quieren y que el problema de Guatemala va más allá de Jimmy Morales, pues éste, como otros, es ave de paso.

Personal no hay nada, institucional sí porque el mandatario está liderando la carga de aquellos que desean imponer la dictadura de la corrupción, pero a algunos de sus cercanos colaboradores con los que platico de vez en cuando les he dicho que si el Presidente es capaz de vencer sus miedos y romper con sus captores, tiene salidas para sus temas personales y puede encauzar el país en un rumbo diferente, pero hasta ellos mismos reconocen que es muy difícil y hasta, quizá, demasiado tarde.

Pero nosotros no hemos cesado en nuestro esfuerzo de alcanzar acuerdos mínimos y por eso, en su momento, reconocimos el valor de ciertas actitudes y manifestamos la necesidad de mantener el curso para poder construir confianza. No ha sido una tarea sencilla, pero nadie dijo que cambiar el rumbo de un país mediante un gran acuerdo nacional alrededor de mínimos era sencillo y por eso no claudicamos en el esfuerzo.

Y por eso, hoy con gran ilusión pero con más agradecimiento, anunciamos que Grupo LH (casa editora de La Hora) firmó un convenio de cooperación con el Ministerio de Educación, gracias al extraordinario esfuerzo del equipo liderado por el ministro, Oscar Hugo López.

Con el Ministro hemos tenido diferencias, expresadas editorialmente, por el tema del magisterio, pero eso no nos impidió trabajar por algo que ha generado tanto dolor en muchos niños y jóvenes de la sociedad guatemalteca: el acoso escolar.

El año pasado mi familia pasó por un tema que nos enseñó mucho: Sebastián, mi sobrino, fue condenado por haber llevado un arma a su clase, hecho que aceptó sin reservas desde el primer momento que yo le hablé aquel lejano 13 de marzo del 2017. Mantuvo la firme determinación de afrontar las consecuencias legales y sociales y fue condenado en un proceso penal llevado sin impunidad ni influencias. Las incidencias procesales y su condena formaron el expediente correspondiente.

Sebastián cometió un delito al llevar el arma y cometió el error de callar ante su familia (en el colegio sí se quejó) por lo que estaba pasando previo al hecho en cuestión y por eso es que ahora, siendo un estudiante universitario (gracias a Dios) ha decidido llevar sus experiencias, junto con La Hora, a las aulas del país para motivar a los jóvenes a asumir las consecuencias de sus errores y a no guardar silencio.

En eso sí nos apoyamos en las puertas que abre La Hora para avocarnos al Ministerio y plantearles la idea con el afán de, además, ayudar a comunicar los planes de la cartera en esa y otras áreas y por eso no me canso de destacar el compromiso del Ministro y su gente. Un detalle vital, es que el Ministerio no tiene que erogar un centavo y lo digo, porque no faltarán los que digan que esto es por un tema de “fafa”.

Quiero terminar dando las gracias al Ministro y su equipo, expresando mi admiración por la forma en la que mi sobrino encaró su error y diciéndole a los jóvenes que no se callen, que no pase sus penas en silencio, que sepan que su familia es una pieza fundamental y que ahora, gracias a Dios, tienen un ente gubernamental que no mete ese problema bajo la alfombra y eso es muy importante para el desarrollo integral de nuestra niñez.

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