Edith González

Esta mañana como otras observé la bandera de mi país. Ahora estaba caída, me pareció agotada, no ondeaba y hasta creí verla más pálida. Quizá sólo son ideas mías. Aunque como el gobierno decretó tres días de duelo por la tragedia que provocó el fin de semana pasado, el Volcán de Fuego, la bandera estaba a media asta.

El domingo 3 de junio hacia las catorce horas el Volcán de Fuego hizo erupción destruyendo todo a su paso, sembrando muerte y destrucción en muchas aldeas que se encontraban en sus faldas.

Tristes y casi perplejos se miraban los rostros de los guatemaltecos y extranjeros que acudieron a los puestos de acopio a brindar su colaboración para hacer un poco más llevadera la vida de esos cientos de personas que sobrevivieron a ese enorme caudal de lava y material piroclástico que arrasó y enterró todo lo que encontró.

Los medios de comunicación nos trasladaron las imágenes y las voces de quienes lograron salvar su vida, llenos de arena, únicamente con la ropa que tenían puesta, con los pies quemados, muchos sin zapatos. Y cómo otros perdieron la vida, quizás hasta sin darse cuenta.

Centros de acopio, Dios los proteja, terrible tragedia, brindemos ayuda y hoy por ti mañana por mí, fueron las palabras que más se escucharon en los primeros días de la semana. Gracias a los socorristas, a los BOMBEROS, el EJÉRCITO, la Conred, la PMT, PROVIAL que dedicaron su tiempo y su vida al rescate de las personas y posteriormente de los cadáveres de quienes no lograron salir.

GRACIAS a todos los guatemaltecos que entregaron su tiempo para buscar en su casa lo que pudieran donar a los necesitados, que usaron su dinero para comprar lo que al otro le pudiera servir; a todos los voluntarios que se dedicaron a recolectar en los puestos de acopio, a clasificar y cargar los furgones para que los miembros del Ejército, llevaran la ayuda de todos a quienes la esperaban, para paliar su necesidad.

En estas jornadas hubo muchos héroes, que dieron mucho y grandes héroes que dieron lo poco que tenían para los que en estos momentos y muchos días más van a necesitar de quienes seguimos siendo bendecidos de Dios. Arjona, nuestro Ricardo Arjona ha iniciado una campaña para que pronto se restituya en lo posible una casa para cada familia que perdió la suya en esta tragedia.

Las lecciones aprendidas llevaron ahora a donar productos diversos de uso diario, más allá de la comida, agua y ropa. Y además se recolectó comida para las mascotas rescatadas, quienes reunidas con sus dueños paliaran su dolor.

Este es el momento presidente Jimmy Morales de ser resilientes, de darle paso a sus sueños por un mejor país. Ayudar a la construcción de las viviendas de todas esas familias y confirmarle a sus votantes que no se equivocaron al elegirlo. De repensar seriamente en la enorme cantidad de viviendas ubicadas en áreas de riesgo, en la organización de los pobladores para casos de emergencia, en la prevención, la formación de la ciudadanía y ante todo el respeto a la ley y a la autoridad, a través de la educación ciudadana.

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