Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Ningún país sale adelante cuando el piloto está en otras cosas, pero cuando el conductor de los destinos de la nación no solo está desenfocado sino que encima de todo está empecinado y dispuesto a cualquier cosa, tragedias como la del volcán marcadas por la falta de prevención y atención a las alertas del Insivumeh se convierten en doble pesadilla: golpea la naturaleza y golpea la negligencia que mezclada con desfachatez, hacen la tragedia integralmente dolorosa.

Esa es la Guatemala de hoy. Hablemos claro, la Conred no hizo su trabajo el domingo, y dejó que la gente, literalmente, se derritiera o tratara de huir a última hora y sin guía alguna más que la fe y la determinación por querer sobrevivir. Hay gente dentro del mismo Gobierno, que a pesar de tratar de defender lo indefendible, reconoce que Sergio Cabañas debería haber sido destituido por su negligencia, y a juzgar por sus declaraciones, indolente e indiferente actitud.

Y no contentos con lo que pasó el domingo (en el que falazmente se dijo que no se tenía recurso para la tragedia) durante la semana se esforzaron por demostrar que todo lo que no tiene que ver con expulsar a la CICIG les vale gorro. No activaron los protocolos para aceptar ayuda dejándonos en ridículo mundial, le pasaron el manejo de las donaciones de la tragedia al Ejército (primera vez que ocurre en las últimas emergencias), se encargaron de querer culpar a los pobladores por no evacuar (cuando no fueron avisados) y quisieron saludar con sombrero ajeno reportando que la Primera Dama había hecho una donación que no era de ella ni del Gobierno.

Y ahora que va tomando fuerza una manifestación para protestar por el patético y deficiente manejo de la crisis, rápido salen los grupo oscuros a decir, por medio de una campaña negra, que la
AEU pretende incendiar la Casa Presidencial cuando me consta que los mismos miembros de la Asociación universitaria han actuado de forma transparente, de buena fe y dentro del legítimo derecho de protesta.

Que el Presidente, cuyo Ministro de Ambiente y Secretario de la Conred son su fiel representación, desee autodestruirse es un tema, pero otro totalmente aparte es que pretenda que el país se hunda junto con sus obsesiones y sus miedos por no querer enfrentar la justicia como se debe.

Hay gente que llama a la ficticia “estabilidad”, pero pretenden que la misma pase porque los ciudadanos nos hagamos de la vista gorda cuando nos están llevando a la ruta del colapso y, además, cuando quieren dejar el volante a quien lo va manejando a alta velocidad sin tener los sentidos necesarios para hacerlo.

Y por si pensaba que no se podía caer más bajo, tenemos a un Congreso que aprovecha el dolor de un país, las lágrimas de los que buscan bajo la materia expulsada por el volcán a sus seres queridos y se enfrentan a la incertidumbre de un futuro gris como la arena, para avanzar todo un paquete de impunidad que desea regresarnos a los tiempos oscuros que ofrecen mucha impunidad y descarada corrupción.

Por eso, las horas decisivas nos van llegando y no podemos permanecer indiferentes. Hoy en la noche es una buena primera prueba.

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