Raymond J. Wennier

Voy a iniciar esta reflexión sobre Coaching, anotando que un Coach tiene que tener un conocimiento fuerte sobre la cultura del área donde va a trabajar. Tiene que tener la habilidad de construir una línea de dos vías de comunicación con el individuo o grupo con quien va a trabajar. Esta relación comunicativa bien establecida crea confianza (TRUST) entre el coach y las otras personas. Sin tener bien claros esos puntos, es difícil ser un Coach efectivo.

Las personas, en este caso maestros y alumnos, que trabajan bajo la dirección de un Coach tienen que sentirse seguras, no amenazadas y apoyadas en el proceso para el aprendizaje de lo más importante para trabajar con los alumnos, si no, tampoco habrá mejora en los resultados de ambos actores en el proceso dentro de los procesos educativos.

No es fácil determinar exactamente por qué y cuáles son las características que un Coach debe tener, porque hablamos no solamente de los puntos anteriores, sino de una situación dinámica muy particular del individuo o del grupo entre quienes debería establecerse una relación de ser socios para poder resolver situaciones que necesitan mejorarse o la adopción de nuevas estrategias. Eso significa que es necesario que haya mucha colaboración entre las partes. Las habilidades de escuchar y formular buenas preguntas, son esenciales. A mi juicio, los “socios” tienen que fijar el por qué necesitan la atención de un Coach. Luego, identificar cuáles son las habilidades positivas más fuertes del maestro para poder construir una base más fuerte antes de entrar a considerar las áreas más débiles para no sólo ser un buen maestro sino uno que logre el éxito. Eso significa además, que hay necesidades e intereses que tienen que ser atendidos en el proceso de Coaching. Un ejemplo es tener la inquietud de cómo introducir un programa de lectura relacionada a las materias, antes de cada período de clase de cada materia, todos los días, todos los alumnos. La totalidad de este proceso es lograr un crecimiento personal y profesional.

Hablando de Coaching, me gusta usar la frase “sentado al lado” porque da la idea de una atención personalizada en la que una de las habilidades a lograr, ha de ser el arraigo de la metacognición, pensar sobre sus propios pensamientos y usarla para hacer una evaluación propia de sus acciones. En ese caso sería examinar cómo son sus acciones en el aula. Una pregunta que estimula la metacognición es ¿Qué estaba pensando cuando…?

El Coaching es el efecto de una serie de actitudes acerca de los maestros y los alumnos en su quehacer en la escuela. La mayor, es que el Coaching no puede ser punitivo. El éxito del Coaching depende de cómo se mira el maestro en su capacidad de aprender al igual que sus alumnos.

El Efecto Pigmalión habla de un “ambiente socio-emocional”. El “input verbal”, el “output verbal” y el cuarto es la “Retroalimentación afectiva” que son las expectativas altas tanto de los maestros como para los alumnos. Esas expectativas altas crean una interacción intelectual más profunda y que arraiga las experiencias educativas para su uso posterior. Ese es el IMPACTO DEL PROCESO DE COACHING.

El Coach ayuda al maestro a tener éxito y los maestros ayudan a los alumnos a tener éxito.

Artículo anteriorSin Presidente durante la tragedia
Artículo siguienteLa suerte favorece a quienes están preparados