René Leiva

Priania, de extraordinaria belleza felina, habitó entre la ciudad de Nemea y la selva próxima, considerábase amante del león muerto por Hércules, y al no poder vengar a su amado ni haber sido preñada por éste, dedicose a acoger y amamantar gatitos callejeros.

Prismarte de Sololania, “el de la Espada Sangrante”, caballero andante, amado por doña Guadania del Lago, hermano de Prismonte, “el caballero del Saúco”; se decía que nunca buscó aventuras porque estas buscábanlo a él, incluso después de muerto, al exhumarlo y descubrir sangre fresca en su espada.

Probbio, José Emilio, fundador con colegas de “plumas de sociedad”, otro grupúsculo de opinadores adscritos al neoliberalismo, proempresariales, anticolectivistas, sabihondos aristocráticos, repetidores ociosos de consignas escolares inculcadas en la elitista Universidad Pedro de Alvarado. Sus detractores expresaban que dichas plumas impedidas de volar sirvieron como relleno de colchón y almohada.

Protógenes el Simple, unos dijeron que murió de la risa, otros aseguraron que del susto cuando, desahuciado, enfermo terminal, los médicos confirmáronle que viviría un día más.

Prowess, Jessica, campeona de ajedrez y reina de belleza en su primera juventud; como sicóloga y siquiatra clínica, en lugar de escuchar a sus pacientes y tomar notas sentada en un escritorio, poníase ante un caballete, paleta y pinceles en mano, y pintaba insólitos cuadros oníricos-surrealistas de pequeño formato y gran cotización mercantil.

Prozacs, Janos, parecíale que un diccionario como este delataba cierta dependencia cultural respecto a la ideología hegemónica, ya que reproducía con sospechosa fidelidad el viejo molde o modelo burgués europeo impuesto por la llamada Ilustración y los enciclopedistas, pero, en este caso, un empeño acrítico e inocuo, según Prozacs. (Los Editores de este Diccionario Biográfico, por razones obvias, abstiénense de comentario alguno.)

Pullman Pimentel, Pedro Pablo, terrateniente e industrial, dirigente de la oligarquía empresarial, financió escuadrones de la muerte e invirtió en partidos políticos de extrema derecha que se apoderaron del gobierno mediante fraudes electorales con mandamases castrenses. Colaboró económicamente en la institucionalización de la impunidad y la corrupción. Simpatizó con la contrainsurgencia, las ejecuciones extrajudiciales, la tierra arrasada, el genocidio, el asesinato del obispo Juan Gerardi, negador de la tributación, evasor de impuestos, ecoterrorista, racista a extremos abyectos. Un monstruo entre otros entes inhumanos. Un pilar, otro, de la sociedad guatemalteca.

Pyx, Kasimir, acostumbraba pasar la palma de su mano abierta, varias veces, de derecha a izquierda, frente a los ojos ciegos de las estatuas, hasta la vez en que una de ellas siguió el movimiento con su mirada vacía y Kasimir sufrió súbita parálisis cerebral, irreversible.

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– Y vos, mano, ¿qué hueso querés?
– Me han contado que hay una emisora a la que le dicen Radio Faro… Cultural, o algo así.
– ¿Radio Faro?, no me suena, pero si la querés, no tengás pena, será para vos, aunque te cagués en ella. Al cabo que a nadie importará si la hacés mierda. (Febrero o marzo de 2016, diálogo inicial entre el payasete chafa y uno de sus amigachos, cuijes, achichincles).

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