Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Nos enteramos del asesinato injustificado de Claudia Patricia Gómez González, en Laredo, Texas, el día 23 de mayo, a quien un agente de la patrulla fronteriza norteamericana le disparó en la cabeza, asesinándola sin ninguna justificación.

Inmigrar no es ni será un delito; sin embargo, Claudia Gómez perdió la vida en la búsqueda por alcanzar sus sueños, por alcanzar esa mejora para ella y para los suyos, por esa ilusión con la que miles de guatemaltecos, hombres y mujeres, incluso jóvenes y niños dejan a padres y a la familia, en busca de mejores condiciones de vida.

Ayer los restos de Claudia, una jovencita originaria de San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, fueron repatriados a nuestro país y ese sueño con el que partió hoy es una pesadilla para su familia y para cientos de familias que no encuentran una oportunidad de empleo, una oportunidad de mejorar las condiciones en las que se desarrollan en Guatemala.

Estados Unidos desde el principio, ha sido un país de inmigrantes que vinieron de Inglaterra, después de Alemania, Rusia, Italia, China, Japón y por supuesto de México y el resto de países de América Latina.

Albert Einstein, un físico alemán de origen judío, considerado un genio, se nacionalizó suizo, austriaco y estadounidense. Durante el siglo XX, Einstein fue considerado uno de los científicos más conocidos y populares, quien brindó sus conocimientos y aportes a Estados Unidos, impulsando el desarrollo de programas que permitieron que el hombre llegara a la luna.

Traigo a colación este ejemplo porque Estados Unidos se ha enriquecido y se ha nutrido de la sabiduría del mundo por todos esos inmigrantes, por los de Europa, por los de América, por los de Asia.

Hoy, buena parte de la agricultura de los Estados Unidos depende de la mano de obra calificada de los centroamericanos y mexicanos, que son los que, en California, en la Florida y en muchos estados recogen las verduras y la fruta que se comen todos los días las familias de aquel país.

Si un norteamericano fuera asesinado en Guatemala de inmediato tendríamos una gran protesta de su embajada y una investigación, incluso traerían seguramente a la gente del FBI, tendríamos una gran presión para que se esclareciera el hecho, para que se diera con los responsables, sería un escándalo.

Por qué Guatemala y su gobierno van a callar y a permitir que el asesinato de esta joven guatemalteca quede impune.

Señor presidente Jimmy Morales; Ministra de Relaciones Exteriores, embajador de Guatemala en Estados Unidos, deben exigir una investigación profunda, una investigación que determine la responsabilidad de quien cobró la vida de una jovencita, de una compatriota que vio frustrado el sueño americano.

Además, si en nuestro país frecuentemente los tribunales dictan indemnizaciones millonarias, por qué los Estados Unidos van a dejar de compensar también de forma millonaria a la familia de Claudia Patricia Gómez González.

Para dar con el o los responsables, el Gobierno de Guatemala debe apoyar y exigir una investigación imparcial, profunda, debe brindar el apoyo legal a la familia y no olvidarse de los más de dos millones de guatemaltecos que trabajan honradamente y contribuyen por el desarrollo de los Estados Unidos.

La justicia debe de imperar.

¡Guatemala es primero!

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