Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

Ayer me avisaron de la recepción del edificio en el que vivo que se habían recibido dos cartas provenientes del extranjero y supuse que se trataba del envío de algún servicio de mensajería porque sabemos que el correo dejó de funcionar en Guatemala y los mensajes son devueltos a los remitentes con ese sello vergonzoso que dice: “ese país no dispone de servicio postal”. Pero era correo ordinario con dos importantes notificaciones enviadas por autoridades del condado de Collier en el Estado de Florida, relacionadas con la valuación de propiedad para efectos del pago de impuestos.

El único, pero gran inconveniente, es que ambas notificaciones fueron colocadas en el correo norteamericano en agosto del año 2016, es decir que su entrega se produce 21 meses después de que fueron entregadas al Servicio Postal de los Estados Unidos. En otras palabras, el funcionamiento de nuestro correo en pleno siglo XXI, con el notable desarrollo de las vías de comunicación y transporte, es peor que el que teníamos allá por el año 1821 cuando Guatemala se independizó de España y cualquier fardo de correspondencia tenía que enviarse por barcos de vela y luego trasladados de los puertos a la ciudad en lomo de bestias. He leído que por esos años una comunicación entre España y Guatemala podía tomar tres o cuatro meses, pero nunca supe que alguien se quejara porque sus cartas pudieran llegar veintiún meses después de haber sido enviadas.

Afortunadamente las mismas notificaciones fueron también enviadas a la dirección registrada en el condado de Collier, y mediante el sitio web que tiene el Servicio Postal de Estados Unidos, pude ver que estaban siendo entregadas al día siguiente de su despacho y así tomar nota de la notificación referida. Mientras aquí las cartas se pierden sepa Dios en qué limbo; en Estados Unidos el usuario con dirección registrada puede recibir diariamente notificaciones por correo electrónico en las que le indican qué piezas llegarán al buzón en esa fecha concreta.

Y el Servicio Postal de Estados Unidos es público y es administrado por el mismo Estado, lo que contradice la teoría de que todo lo público es malo y lo privado perfecto. La forma en que cumple el USPS (siglas del United States Postal Service), se refleja en que gigantes del mercadeo electrónico como Amazon lo utilizan para el envío de millones de piezas diariamente con una confianza que nosotros tendríamos, si acaso, en las empresas de mensajería nacional o internacional que operan aquí.

Ese tipo de detalles son los que nos obligan a repensar el país que tenemos para empezar la construcción de uno distinto en el que el servidor público cumpla su misión en vez de ponerse a hacer negocios para enriquecerse de la noche a la mañana. El correo es importante, pero así como no funciona en Guatemala, tampoco funcionan los Centros de Salud, las escuelas, las dependencias públicas encargadas de expedir documentos a las personas, los tribunales abrumados por la enormidad de casos y cualquier dependencia que debiera atender al público. Somos un ejemplo patético de tercermundismo porque aquí todo se piensa en términos del soborno, la coima o el moco.

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