Emilio Matta Saravia
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Esta semana me disponía a escribir sobre el tema de los plásticos y la huella que han dejado (y continúan dejando) en el medio ambiente, pero debido a la salida de varias navieras de Puerto Santo Tomás a Puerto Barrios y Puerto Cortés, en Honduras, me obliga a abordar este trascendental tema primero, y dejaré para la próxima semana el no menos importante tema de los plásticos, su huella ecológica y las posibles alternativas al mismo.
Da verdadera vergüenza tener en nuestro país una infraestructura portuaria tan ineficiente y encima cooptada por mafias. Peor aún, que las soluciones propuestas y en marcha (o sea, TCQ) sean producto de contratos espurios donde hubo sobornos por más de 30 millones de dólares a nuestras autoridades para luego ser otorgado de forma oscura y turbia al actual operador. Eso simplemente no es aceptable.
En lo que a Puerto Santo Tomás de Castilla se refiere, con seis atracaderos y calado de 11 metros debería considerarse una mejor opción a Puerto Cortés en Honduras, que, aunque tiene la misma cantidad de atracaderos, acepta barcos de tan solo 8 metros de calado, siendo esta una diferencia importante a la hora de escoger un puerto para embarque/desembarque de carga. Aun así, la naviera Maersk anunció el traslado de sus operaciones en aproximadamente 66% al puerto hondureño. Esto nos da a entender que algo grave ocurre en Santo Tomás, y que, como es costumbre, nuestras autoridades no le han dado la debida importancia dejando en un serio problema de ingresos al puerto y, peor aún, a las personas que viven del mismo, tanto trabajadores del puerto como a agentes aduanales, estibadores, operadores y un larguísimo etcétera.
Uno de los principales problemas, radica en que la maquinaria para carga y descarga de contenedores y de graneles es obsoleta, está mal mantenida y no es suficiente para atender la demanda. Este es un punto crítico, ya que los contratos que realizan los agentes de carga con los dueños de los buques (muchas veces no son los mismos) incluyen cláusulas de estadía máxima en el puerto, que se les conocen como días libres (de multa). Si el responsable de la descarga de un barco no logra cumplir con el plazo establecido, el dueño del mismo está en su derecho de cobrar multas, que son muy onerosas, al responsable de la carga, ya que la rentabilidad del barco se mide por el número de viajes que realiza en el año. De ahí que no me extrañaría que el motivo de la retirada de Maersk se origine en una reducción de la rentabilidad de sus operaciones en el país derivado de la lentitud del puerto para descargar contenedores, por obsolescencia y/o falta de equipo.
Es de carácter urgente modernizar la maquinaria de carga y descarga de contenedores y graneles en los puertos de Guatemala, no solo Santo Tomás de Castilla. Para hacerlo se debe invertir una cantidad muy onerosa, de forma adecuada, transparente, sin ningún tipo de opacidad y bajo el escrutinio de la sociedad civil y el sector empresarial, para lograr que se adquiera el mejor equipo al precio más accesible; y definitivamente no se deben aceptar contratos ni figuras oscuras como lo fue TCQ. Cuando uno tiene la oportunidad de visitar puertos como Hong Kong (uno de los tres puertos más importantes del mundo en términos de movimiento) se puede dar cuenta, con ira y tristeza, cuán rezagados estamos con respecto al mundo desarrollado.