Alfredo Saavedra

Desde Canadá.-  “Los Ni̶ños del Silencio” es la denominación adjudicada a una organización para abogar por los hijos de sacerdotes católicos, no reconocidos por sus padres, al nacer abandonados a su suerte, bajo el estigma de esconder sus identidades, y en particular su paternidad, bajo una casi siempre sutil presión de las madres, según lo consigna el amplio reportaje sobre el tópico, del diario canadiense Toronto Star.

El tema cobra especial actualidad ahora que la iglesia Católica tiene como principal cabeza al Pontífice Francisco, una autoridad de esa rama de las religiones que cuenta, según estadísticas, con una proporción mayor que otros credos en el mundo, de fieles que tienen en el catolicismo a su más representativo culto desde la infancia con la práctica de los necesarios ritos que son el bautismo, primera comunión, confirmación y matrimonio.

Diferente a otras expresiones de la religión, la Católica Romana es la única que hace práctica del “voto de castidad” como juramento de abstinencia sexual de sus sacerdotes, contrario a otros cultos como la iglesia Ortodoxa extendida lo mismo en Rusia, Ucrania, Grecia y otros países de Europa Oriental, que están bajo el denominador de Católicas, pero que sus ministros pueden acceder al matrimonio. En igual forma, la iglesia Anglicana e Iglesia Unida, de Inglaterra y Canadá, cuyos presbíteros son profesionales universitarios en teología, y aunque manifestaciones de la original Iglesia Católica Romana, sin la exigencia del celibato, tienen hogares formalizados bajo la norma del matrimonio y cuyos hijos están bajo la protección de una paternidad responsable.

La organización “Los Niños del Silencio” fundada en Francia por la señora Anne Marie Mariani, hija de un cura y una monja, le ha escrito al Papa Francisco, pidiéndole su participación en la acción de reconocimiento de la existencia de una incontable proporción de hijos de sacerdotes. Se ilustra el caso del obispo Gabino Zavala, de Los Ángeles, California, quien renunció tras reconocer la paternidad de dos jóvenes adolescentes y el Vaticano inició una investigación con respecto al sacerdote Marcial Maciel Degollado, de México, fundador de Los Legionarios de Cristo, quien tiene siete hijos, con dos mujeres, apunta la pieza de periodismo investigativo.

El reportaje en mención relata las experiencias de las señoras Michele Raftis, Susan Zopl y el señor JanLousz Kowaiski, hijos abandonados por sacerdotes católicos, entre otros que han preferido mantener el anonimato en decisión personal. Pero la señora Raftis, decidió enfrentar a la autoridad eclesiástica y en compañía de su esposo visitó al cardenal Tom Collins, en Toronto, a quien planteó la necesidad de recibir las disculpas consecuentes de parte de la iglesia Católica, en su totalidad, a fin de disipar en cierto grado el estigma consiguiente para los hijos de los sacerdotes.

Sin embargo, el prelado le dijo a la señora Raftis que, aunque él no toleraría desacatos de esa naturaleza en su diócesis, una declaración oficial de la Iglesia estaba fuera de su autoridad. Gestiones similares han sido expuestas por personas y entidades en varias partes del orbe con iniciativas como la descrita y la de Coping International y lo mismo la Real Comisión de Australia para la Institución de Respuestas al Abuso Sexual de Niños y la importante Comisión Pontifical para la Protección de los Menores, establecida por el Papa Francisco y que se ha iniciado con el estudio de las guías de trabajo para lidiar con los curas en desacato y los hijos que hayan procreado. (Hasta aquí la síntesis  del reportaje ya citado. Lectores interesados en la totalidad de la investigación, pueden consultar a la siguiente dirección del Internet: scontenta@thestar.ca)

Artículo anterior50 años del edificio del Banco de Guatemala
Artículo siguienteSe muere en Guatemala a cada paso