Jorge Santos

Las y los integrantes de la familia Molina Theissen son una más de este país que desde siempre les ha dolido la injusticia, la inequidad, la pobreza y la opresión a la que históricamente han estado sometidos las y los habitantes en Guatemala. Esta conciencia y dolor sentido les ha llevado a lo largo de sus vidas a apostar por transformar esta realidad. Esa ha sido su apuesta desde siempre, han elegido vivir y luchar para hacerlo dignamente.

Esta lucha les produjo represión y violencia por parte de un Estado contrainsurgente. Uno de los tantos agravios sufridos, se suscitó en septiembre de 1981 con la detención ilegal y clandestina de Emma Guadalupe. Esta detención se produce en el destacamento militar de Quetzaltenango; lugar donde Emma es sometida a malos tratos, crueles e inhumanos, tortura y violación sexual por integrantes del Ejército, bajo las órdenes del alto mando de la época. Emma, la valiente mujer, que lucha por transformar la realidad de oprobio existente, logra escaparse de su cautiverio y de sus captores.

El nivel de deshumanización al que había llegado el Ejército, les lleva a desaparecer al niño Marco Antonio Molina Theissen de sólo 14 años de edad, como un mecanismo de instauración del terror no sólo contra la familia, sino hacia la sociedad en su conjunto, que luchaba por revolucionar el Estado. Estos hechos acaecidos hace 36 años son la muestra fiel del oprobio, violencia y terror de Estado producido por el Ejército guatemalteco, con el único fin de mantener los privilegios de un pequeño grupo de poder económico.

Durante todos estos años, doña Emma, Lucrecia, María Eugenia y Emma se han convertido en el motor de la búsqueda de Marco Antonio y con ello la justicia que se debe de realizar en contra de los responsables de tan execrables delitos. De esa cuenta, de abril a la fecha, se lleva a cabo el debate oral y juicio público contra los militares Manuel Callejas y Callejas, Benedicto Lucas García, Hugo Zaldaña, Edilberto Letona y Francisco Gordillo, imputados por el Ministerio Público de los delitos de contra los deberes de la humanidad, violación con agravación de la pena y desaparición forzada. Durante este juicio, la familia junto al Ministerio Público han revelado con contundencia las pruebas y la verdad de los hechos y por ende la responsabilidad de estos militares en tales delitos.

Es por ello que se han solicitado 112 años de cárcel contra Benedicto Lucas, Manuel Callejas y Hugo Zaldaña por los delitos de contra los deberes de la humanidad, violación con agravación de la pena a Emma Guadalupe y la desaparición forzada del niño Marco Antonio. Así mismo 62 años de cárcel contra Edilberto Letona y Francisco Gordillo por los delitos contra los deberes de la humanidad y violación con agravación de la pena a Emma Guadalupe. Acompañemos a la familia Molina Theissen que lucharon y luchan por vida digna y han elegido vivir para transformar el Estado guatemalteco.

Artículo anterior“Errores diplomáticos presidenciales”
Artículo siguienteLas nuevas formas de manifestación