Jesús Alvizures
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Da pena oír y leer los graves errores en que incurren las autoridades diplomáticas y gobiernistas al pedir sin una causa válida el retiro de los honorables embajadores de Suecia y Venezuela; el vicecanciller Pablo García, según medios de prensa, declaró que de no ser cambiado el Embajador de Suecia Anders Kompass, sería declarado “non grato”, aduciendo que habló en un lenguaje inapropiado, este es el argumento que no tiene sustento claro.

Se molestan por lo que se dice, expresó el embajador Kompass en referencia a que en Guatemala somos una sociedad corrupta, más esto se ha dado en los entes gobiernistas que se han sucedido; y no en la alta y baja sociedad, o en la gente popular del pueblo en quienes hay decencia y honorabilidad. Además se aclara que en la reproducción del audio, en el hemiciclo, con la bancada Encuentro por Guatemala, no se registra este agravio del que se acusa al diplomático. (Consultar publicaciones de prensa del 14 de mayo 2018, y redes sociales), se tergiversaron las palabras.

Todo apunta a que estas acusaciones son con la intención de debilitar el apoyo que Suecia está dando al combate de la corrupción en nuestro país; los ataques a la CICIG y al Comisionado de la misma, son una clara visión de que lo que se cocina es ver la manera de cortar las ramificaciones que le dan vida y fuerza a este ente dependiente de la Organización de Naciones Unidas “ONU”.

Hagamos memoria y recordemos cómo la titular de la Cancillería, Sandra Jovel Polanco, ha viajado para ir a pedir que sea retirado de la CICIG Iván Velásquez, quien ha demostrado a la ciudadanía de este país que pantalones le sobran para someter a los tribunales a quienes se salen de la Ley. Junto al MP, en la actualidad hay un respiro dentro de quienes conformamos la nación; gracias a la CICIG y a las naciones que le apoyan aún a costa de falsas acusaciones. Más la mentira dura hasta que llega la verdad.

Personalidades entendidas en relaciones exteriores se pronunciaron enfocando que ven en la actitud del Presidente Morales una afrenta personal en contra de los embajadores Kompass y Salcedo.

El presidente Morales no es aliado en el combate contra la corrupción; aun él mismo y sus allegados lo afirmen; esto les conviene promulgar en un impase de engañar al pueblo, si no lo creen reanden el camino donde se confirma de qué pata cojea el Presidente.

Ya es hora de que estos malos políticos surgidos de la nada dejen de fastidiar a quienes los han elegido; delegando en ellos el poder de la ciudadanía que cansada está de tanto descaro para acomodar el mandato de la Ley, siendo esto un atropello a la Constitución de la República.

Todo tiene un fin y este habrá de llegar; el pueblo es el patrón, los servidores públicos devengan un sueldo por trabajar; no para ver qué se levantan o pedir porcentajes por contrataciones en obras del Estado como se venía haciendo desde hace mucho tiempo. Con la CICIG e Iván Velásquez y Aldana que ya se va “Aquí está tu son Chabela”. El pueblo otorga el poder; pero lo puede revocar.

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