Guatemala, un país que rara vez ha destacado por tener una política exterior coherente y que fuera de la “neutralidad activa” en tiempos de Vinicio Cerezo para desmarcarse del grupo de países “sí alineados”, ha tenido una mediocre presencia en el mundo, ahora está alcanzando los niveles históricos de desprestigio y actitudes abyectas bajo la dirección del presidente Jimmy Morales, quien si de los problemas nacionales no entiende ni jota, en el tema de las relaciones internacionales todavía conoce y sabe menos, con el agregado de que entregó la Cancillería a alguien que a lo largo de nuestra historia de mediocridad se lleva todas las palmas por su nivel de arrogante ignorancia.

Toda la política exterior de Guatemala está centrada en la obsesión que el mandatario tiene con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y su necesidad de terminar, a como dé lugar, la lucha contra la impunidad que ha llegado por vez primera a alcanzar a los corruptos que durante generaciones pudieron amasar fortunas sin el menor miedo a que la ley pudiera alcanzarlos. Es a partir de la necesidad de salir de Iván Velásquez y la CICIG que se ha estructurado toda la estrategia de la política exterior que encontró en el tema de la Embajada en Israel elemento para tratar de matar varios pájaros de un solo tiro. En efecto, se busca con ello congraciarse con la administración Trump que rompió con la tradición diplomática de Estados Unidos hacia el Cercano Oriente decretando un traslado de su Embajada, lo que solo ayer provocó casi sesenta muertes luego de que la tropa israelita disparó a discreción contra manifestantes palestinos que protestaban por lo que entienden como una afrenta al carácter histórico de Jerusalén.

Se buscó, además, establecer una estrecha alianza con el primer ministro Benjamín Netanyahu, quien gustoso se apuntó para proveer a Morales de expertos en inteligencia y otras cosas tenebrosas, para que vinieran a ayudarlo a controlar a quienes apoyan la lucha contra la corrupción y que son vistos como enemigos de Morales simplemente por estar en bandos tan radicalmente opuestos.

No es casualidad que la alianza central se haga con dos mandatarios que están, como Morales, sometidos a investigaciones que implican corrupción. Según sostienen fuentes bien informadas del gobierno, un embajador fue quien hizo el diseño de la estrategia y quien dijo que a Trump y Netanyahu se les llega con el lloriqueo de que Morales es, como ellos, víctima de una cacería de brujas para destruirlos políticamente y alrededor de esa idea gira la telenovela.

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