Francisco Cáceres Barrios
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Durante las honras fúnebres del expresidente y exalcalde del municipio de Guatemala, Álvaro Arzú, escuché varias veces decir a quienes las narraban por diversos medios de comunicación social que había sido un magnífico Presidente y no menos elogios por su labor como Alcalde de la ciudad capital sin embargo, también repetían con bastante frecuencia la frase: “claro que falta mucho por hacer”. Y esto último es lo que a la ciudadanía le importa sobremanera, resolver el sinnúmero de necesidades y carencias que llevamos tiempo de padecer y no solo conocer los intereses personales o políticos que conllevan los panegíricos elaborados con ese particular propósito. Ya es tiempo de hablar con la verdad, pues no son pocas, ni de pequeña envergadura.
No hay día de Dios que no suframos porque nuestros vehículos se dañen en tantos baches o en tremendas protuberancias porque al igual que hace treinta años, los alcaldes han estado tan inmersos en sus ambiciones políticas partidistas que no han sido capaces de asignar un buen monto presupuestario al mantenimiento de nuestras vías de comunicación, incluyendo las aceras para los peatones, puesto que al fin y al cabo eso somos sin excepción alguna todos los habitantes del municipio. ¿A la larga no es más económico y beneficioso el mantenimiento preventivo y constante? Y termino el capítulo repitiendo la pregunta que he venido haciendo durante todo ese tiempo: ¿Por fin, cuándo se va a poner en práctica un plan de desarrollo para mejorar el tránsito de vehículos de manera técnica y progresiva?
Es por demás evidente que no se puede tapar el sol con un dedo. Sin la suficiente agua potable jamás vamos a poder mejorar los índices de tantos males que afectan la salud de muchos millones de habitantes. Y vaya si no hace falta. El fin de semana pasado, precisamente durante las honras fúnebres que mencioné al principio, supimos de miles de quejas por la ausencia del vital líquido en sinnúmero de zonas cercanas y alejadas del Centro Histórico, lo que vino a sumarse a una gran aglomeración de basura en los alrededores de los mercados debido a que el personal del obsoleto sistema de limpieza lo habían ocupado en otros menesteres, no de beneficio colectivo.
El listado es grande, por lo que cito solo algunas preguntas más sin responder:¿Cuándo todos podremos contar con un transporte colectivo manejado eficaz y transparentemente por una entidad pública, privada o una combinación de ambos?¿Cuándo vamos a detener los índices de los diversos tipos de contaminación ambiental que llevan rato de estar en constante incremento? ¿Por fin será posible desarrollar una semaforización total y sincronizada en todo tipo de calles, avenidas, calzadas y bulevares?