Stu Velasco
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Se ha dado un ejemplo al mundo de tolerancia en la cumbre llevada a cabo en la zona fronteriza “desmilitarizada” que comparten ambas Coreas, cumbre catalogada como histórica que se concretó el jueves 26 de abril de 2018, en donde los líderes de Corea del Norte Kim Jong-un y Moon Jae-in de Corea del Sur se reunieron para tratar asuntos relacionados a dar oportunidad a un tratado de paz, esto sucede después de escenarios recientes y complejos que amenazaban con la inimaginable posibilidad de una guerra “activa”; que habría sido de consecuencias incalculables de muerte y desolación para el género humano, dado el potencial de armas nucleares que posee Corea del Norte y el inminente involucramiento que hubiese tenido Estados Unidos como las potencias que secundan a Corea del Norte, Rusia y la República Popular de China; como consecuencia del interés estratégico que posee la península coreana para la hegemonía de las referidas potencias.

La importancia de que dos líderes que representan a dos regímenes de ideologías y formas de gobiernos adversos, Kim Jong Socialista y Moon Jae-in a una democracia representativa se reúnan y estrechen la mano tiene un significado profundo para sus naciones y el mundo, teniendo como antecedente una guerra librada en 1950-1953 siendo esta una de las primeras dentro del fenómeno de la Guerra Fría, que significó la muerte de más de tres millones de civiles, y toda clase de derramamiento de sangre, crueldad y sufrimiento que padecieron sus ciudadanos y generaciones que sucedieron. Sin lugar a dudas ambos líderes han tenido que convencer y enfrentar en sus sociedades a ciudadanos, políticos, y a sus opositores de pensamiento “radical”, que el primer paso para construir una ruta que los conduzca a un entendimiento, a construir una mejor nación para sus ciudadanos y a una Paz es la Tolerancia.

Este es un ejemplo de tolerancia que debe hacernos reflexionar a todo guatemalteco y en especial a sus líderes; si acaso debemos ya reemplazar los cimientos de la intolerancia, botar los muros del radicalismo y expulsar de nuestro vocabulario expresiones de odio que solo conducen a permanentes conflictos, que nos anclan y nos limitan a hacer de nuestro país uno mejor para nosotros y nuestras futuras generaciones, Guatemala está necesitada de líderes que den ejemplo de tolerancia, y es que la virtud de la tolerancia radica en respetar con entereza la firme convicción del contrario, sin que esto suponga olvidar, o denegar justicia sino demandarla con dureza, con carácter, con honor a los nuestros, pero sin transmitir odio u ofensa porque esto nos está destruyendo, adentrándonos a un laberinto y convirtiéndonos en una sociedad que cada vez se aleja de nuestro máximo anhelo que también es la Paz.

Claro que en Guatemala se vivió un cruel conflicto armado 1960-1996 con doscientos mil muertos según la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, con tragedias y masacres cometidas por ambos, Ejército de Guatemala y la Guerrilla conformada por al menos seis grupos guerrilleros que en ese bárbaro enfrentamiento de 36 años llevó a mismos hermanos guatemaltecos a enfrentarse hasta la muerte, hechos y crímenes que demandan justicia y deben ser juzgados con rigor y objetividad.

Líderes y representantes de nuestro país que enarbolan la defensa de sus ideales, que luchan vehementemente por justicia, relacionada al conflicto armado o no, les transmito lo que miles de guatemaltecos estoy seguro desean expresarles, cesen su intolerancia, su radicalismo, sus expresiones de odio, ninguno de ustedes posee el derecho de alimentar a las nuevas generaciones de ese perverso sentimiento, necesitamos y exigimos de ustedes ejemplo de respeto y tolerancia, y Guatemala será mejor.

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