Danilo Santos
Politólogo
desantos.salazar @gmail.com

Mientras Morales nos tiene especulando sobre la obsoleta Ley de Orden Público y sus intenciones de expulsar al comisionado Velásquez, lo de fondo es la elección de quién ocupará la Fiscalía General en el Ministerio Público. Pareciera que el plan es distraernos y luego elegir a alguien afín a los intereses espurios del ya impresentable ciudadano Presidente.

Sin embargo, la expulsión de Velásquez es un deseo febril en el Palacio de la Loba, Casa Presidencial y el propio Congreso de la República. Un paso más en esta vorágine política es elegir Fiscal, la ofensiva seguirá hasta consolidar su guerra tonta en defensa de la corrupción. Confían en el apoyo del Congreso y sectores ultraconservadores, no les importan las consecuencias para el país ante el concierto de las naciones la expulsión de un Comisionado de un ente de la Organización de Naciones Unidas que Guatemala solicitó para poder combatir la corrupción en el Estado. Es decir, reconocimos que solos no podíamos, que el problema era mayor y que necesitábamos ayuda externa para combatir un fenómeno que se enraizó en los poderes del Estado y provocó transformaciones culturales en la sociedad que nos hacen involucionar como país.

Por otro lado, y todavía más importante, tampoco les importa lo que pueda suceder dentro del país; porque si Morales sigue el curso que lleva y elige mal al Fiscal y expulsa a Velásquez, su gobierno estará frente a una crisis de gobernabilidad seria. Honduras y Nicaragua no son buenos ejemplos señores y señoras que dizque asesoran al Presidente, dejen de aprovecharse de las debilidades del llamado a representar la unidad nacional, y que ahora ustedes han sojuzgado en pos del sistema que mantiene intactos los privilegios de unos cuantos que se han forrado históricamente mientras en el país campea la desigualdad y la pobreza.

La soberanía es otro argumento cínico y falaz. Guatemala históricamente ha sido dependiente de políticas y alianzas externas, principalmente con quienes apoyaban la lucha del bloque Occidental contra el bloque del Este en el marco de la Guerra Fría. Entonces, los que ahora se rasgan las vestiduras “defendiendo” a la patria, aceptaban lo que fuera para gobernar a través del Ejército a lo que aún consideran su finca. Realmente su posición es en extremo hipócrita.

El embate de la justicia es contra la corrupción, no contra personas escogidas antojadizamente, no importa cuánto repitan el discurso de la selectividad, eso no los exculpa de haber recibido dinero ilícitamente para financiar su partido: los propios financistas confesaron públicamente tal extremo.

Señor Morales, el tiempo de hacer un buen gobierno ya pasó. Sin embargo, de lo que sí está a tiempo todavía, es de no hundir al país en una nueva confrontación social, política e ideológica. Salga ya de su ensimismamiento, dese cuenta que lo están utilizando. Está a las puertas del peor de sus errores. Quienes hoy lo azuzan, no estarán cuando la tormenta termine.

La Corte de Constitucionalidad está frente a escenarios donde su papel será fundamental para mantener la institucionalidad y evitar lo que a guatemaltecos y guatemaltecas nos tiene hartos: acciones gubernamentales totalitarias, violencia y violación de derechos humanos.

Ciudadano Presidente, usted ya dejó de dar risa, ahora da miedo.

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