Ningún lugar mejor que la tribuna militar para declarar la guerra y el presidente Jimmy Morales siguió el ejemplo de Arzú para lanzar, frente a las Fuerzas Armadas que les insuflan poder, una andanada de ataques contra las investigaciones que realizaron CICIG y MP sobre el financiamiento electoral ilícito del partido oficial, hecho aceptado sin tapujos por los mismos financistas que se presentaron a pedir perdón por lo que en contra de la Ley hicieron. En otras palabras, más allá de las pruebas resultantes de la colaboración eficaz de algunas personas y de la investigación derivada, está la aceptación de culpa por los empresarios que pusieron el dinero que, por instrucciones del mismo Morales, no entró a las arcas de FCN.

Desde ayer por la tarde se empezó a hablar de un mensaje al pueblo de Guatemala que estaba siendo preparado por el Presidente y hasta hubo noticias de que habría información a las nueve de la noche. Oficialmente se desmintió que el mensaje sería difundido ayer, pero queda en el aire que luego del furibundo discurso del Presidente, se está preparando una acción para terminar con la CICIG, ya que no pudieron salir del Comisionado Velásquez.

Alarmó una intensa movilización militar que fue observada en el occidente de la capital, concretamente a inmediaciones de la Calzada Roosevelt, pero no se dio información al respecto. Hoy la PNC decidió regresar a la normalidad con los francos y descansos, no obstante que se ha convocado a manifestaciones populares en contra del mandatario y de su partido político, lo que hace pensar que el Ejecutivo prefiere recurrir a las Fuerzas Armadas para conseguir sus objetivos y para “mantener el orden”.

El caso contra Morales resulta abrumador pero él trata de presentarlo como un montaje para debilitarlo a la hora de nombrar Fiscal General; sin embargo, los hechos y hasta las confesiones de otros implicados, entre ellos empresarios que asumen las consecuencias de sus actos que los llevarán ante los tribunales de justicia, no dejan lugar a muchas dudas.

Desde que parte del poderoso sector empresarial decidió admitir los hechos, el Presidente y sus aliados se han sentido abandonados y dispuestos a jugarse el todo por el todo en estas horas cruciales en las que se les han agotado las opciones y cuando hasta el mismo magisterio decidió no prestarse a las manipulaciones históricas. Queda ver si el Ejército, cuyos mandos ayer aplaudieron el virulento discurso presidencial, decide convertirse en instrumento del Pacto de Corruptos que se va debilitando aceleradamente y que parece tener ya sus horas contadas.

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