Juan Antonio Mazariegos G.
Bajo ninguna circunstancia las condiciones económicas de una agrupación política deberían de influir en una elección de autoridades de cualquier naturaleza. Las propuestas, las personas, las ideas, los planes, la experiencia y la preparación deberían de ser determinantes, sin embargo, la capacidad económica de los partidos políticos no solo influye, si no se transforma en determinante de todas y cada una de nuestras elecciones, cuando nos inundan campañas burdas y sin contenido, basadas en frases hechas, candidatos medio armados para la ocasión, canciones pegajosas, acarreos masivos y siglas elaboradas sin ningún sentido, con el único fin de aspirar a quedar retenidas en la memoria del votante.
Este País no va para ningún lado, en tanto no se modifique de tajo el modus vivendi y operandi de los políticos y sus partidos, eliminando la posibilidad de que los mismos reciban fondos privados de cualquier fuente (anónima, no anónima, aunque estos sean lícitos), adquieran compromisos a cambio de ellos o los administren de ninguna manera. Entiendo y estoy consciente de que en otros países la donación de fondos privados a las campañas es común, legal, conveniente para transparentar las intenciones de cada uno y hasta sirve para empezar a medir las fortalezas de los candidatos, pero definitivamente, en Guatemala, no tenemos la capacidad ni la madurez para dar y recibir fondos sin que estos vayan aparejados a algún interés o compromiso y los políticos hasta ahora solo nos han demostrado una capacidad aberrante para anteponer sus intereses o sus compromisos a cualquier interés o compromiso que por Guatemala digan tener.
Pago mis impuestos mes a mes y me duele tener que pensar en que estos vayan a parar a las arcas de los partidos políticos, pero estimo que resultará mucho más barato para todos que se le entregue a cada partido político un fondo de campaña con dinero público, idéntico para todos y al que solo puedan acceder solicitando al Tribunal Supremo Electoral (TSE) los pagos directos necesarios que quieran invertir de dicho fondo, siempre que estos vayan destinados a los rubros de campaña. De esa forma tendremos una elección que se decidirá por las propuestas y la capacidad de cada uno a comunicarlas, administrando los fondos iguales que todos tendrían.
Las modificaciones a la Ley Electoral y de Partidos Políticos me resultan absurdas, lo acontecido esta semana en cuanto al tema de financiamiento electoral ilícito, es dentro de lo malo que conlleva, solo una muestra, para nadie es un secreto que Lider realizó una campaña 50 veces mayor a lo que ahora ha aparecido y no quiero ni pensar de dónde han provenido esos fondos. Se debe de exigir un cambio para que el TSE realmente tenga la fortaleza para administrar, fiscalizar y castigar severamente a los políticos, los partidos y a cualquier persona que brinde dinero o recursos a las campañas dado que esto ya no estaría permitido en ningún caso.