Jorge Santos

Este Estado guatemalteco que ha sido fundado al amparo de la inequidad, la exclusión, el racismo y la violencia, ha impulsado una férrea campaña del más puro y duro doble moralismo y en extremo nacionalista, con el objeto de disputar un amplio territorio a nuestro vecino Belice. En ese marco, resulta que luego del fracaso del proceso de negociación impulsado por ambos Estados, se ha acordado la realización de una consulta popular para definir si deseamos que la Corte Internacional de Justicia sea la que defina la situación sobre la posesión del territorio.

Lo paradójico de todo este proceso es que termina siendo el resultado de una circunstancia que tal y como establece el dicho popular que “ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”, hoy el excluyente, racista, inequitativo y violento Estado de Guatemala pretende reclamar un territorio, cuando no es capaz de respetar y devolver la posesión de los territorios expropiados ilegal e ilegítimamente a los Pueblos Indígenas.

Sí este Estado que cometió graves violaciones a derechos humanos, incluyendo el Genocidio con el objetivo de proteger lo robado históricamente a los Pueblos Indígenas, para ampliar su rapaz saqueo y apropiarse de más territorios y entregárselos a una oligarquía que ha acrecentado su riqueza sobre el empobrecimiento de la población, pretende darse aires de purista y reclamar algo que le fue arrebatado en un proceso que inició en el siglo XIX, muy probablemente deberá empezar por reconocer lo que él mismo robó, saqueó y expropió, mínimamente, desde nuestra republicana.

Este mismo Estado, que niega la realización e imposibilita el reconocimiento de la Consulta Libre, Previa e Informada a los Pueblos sobre sus territorios y recursos naturales, hoy pretende que la consulta popular le sea reconocida y valida, para aparentemente culminar una disputa sobre la posesión del territorio de Belice. Claro que es muy importante dar certeza jurídica a aquello que no lo tiene, sin embargo, esta no puede partir del atropellamiento y vulneración de la Libre Autodeterminación de los Pueblos, tal y como está siendo en estos momentos. Hoy resulta que Guatemala, encabezada por el Presidente y el Pacto de Corruptos, está enfrascada en esta disputa que disfraza falsos y baratos nacionalismos, mientras continúa su acelerado proceso de construir un marco de impunidad y corrupción. Para el incapaz presidente Jimmy Morales, resulta hoy vital promover la Consulta Popular de este domingo y le importa un comino, los hospitales, la infraestructura, las escuelas, incluso la vida de quienes hoy son y se reconocen como legítimos guatemaltecos y guatemaltecas.

Estimado, estimada ciudadana guatemalteca, no permita que un tema que lacera y viola los derechos de autodeterminación de otros pueblos, regrese como un boomerang a lacerar y violar los derechos humanos propios, porque mientras estamos embebidos en la realización de esta consulta, sus resultados y sus alcances, el presidente Morales y la caterva de impunes que componen el Pacto de Corruptos siguen en su rapaz saqueo y consolidando así sus espurias intenciones.

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