Mañana publicaremos una separata que consideramos importante dada la coyuntura que plantea la Consulta Popular sobre el tema de Belice que se realizará el próximo domingo. Es evidente que hay un enorme desconocimiento de las nuevas generaciones, respecto al diferendo con la Gran Bretaña, sobre todo luego de que en nuestro sistema escolar se dejó de explicar el tema a la luz de hechos históricos y buena parte de la población no conoce otra realidad que la derivada de la independencia de Belice el 21 de septiembre de 1981, durante el gobierno de Lucas en Guatemala, y el posterior reconocimiento diplomático al Estado de Belice que hiciera el gobierno de Serrano Elías tras el intenso cabildeo promovido por Edmond Mulet y Antonio Arenales Forno.

Durante el gobierno de Carlos Arana Osorio se creó una comisión de alto nivel del mismo régimen para analizar el tema de Belice y proponerle al mandatario rutas de acción. Presidida por el vicepresidente Eduardo Cáceres Lehnhoff, se conformó con los Ministros: Roberto Herrera Ibargüen de Relaciones Exteriores, Leonel Vassaux Martínez (sustituido luego por Kjell Laugerud), de la Defensa, José Trinidad Uclés de Salud Pública y dirigente del partido PID y Mario Ribas Montes, Secretario de Relaciones Públicas de la Presidencia. De todos ellos el único “experto” en el tema era el Canciller, en tanto que Vassaux y Laugerud estaban para analizar los temas militares relacionados con el conflicto, y su informe será lo que publiquemos mañana.

Al margen de la recomendación final, que podrá sorprender a muchos, la verdad es que se hace un recuento breve pero consistente sobre la historia del diferendo entre Guatemala y la Gran Bretaña que consideramos importante para que de manera sucinta los lectores puedan tener una referencia respecto a los orígenes de la ocupación británica del territorio, así como de distintas etapas en las que se buscó una solución diplomática del tema.

Finalmente está la recomendación que la Comisión hizo al presidente Arana Osorio, quien trasladó el documento a su Gabinete de Ministros para conocimiento y aprobación de una política de su régimen para enfrentar el problema. Al margen de la conclusión que, sin duda, sorprenderá a algunos, creemos valioso el aporte del análisis hecho respecto a las distintas gestiones realizadas para buscar una solución negociada, esfuerzos que fueron estériles porque nunca hubo intención, como no la hay ahora, de llegar a una negociación que pudiera terminar en acuerdos que pudieran resultar satisfactorios para las partes involucradas. Y ante el vacío de información existente, publicaremos el documento que fue aprobado en su momento por el Gabinete de Arana.

Artículo anteriorUna visita del abogado de los rusos
Artículo siguienteUsuarios enfrentan nuevos paros ferroviarios