Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
No es ningún secreto que en el Congreso la mayoría de sus diputados están viendo cómo se salvan, en especial buena parte de los dueños y caciques de los partidos políticos, e intentan encontrar mil y una maneras para lograr sus objetivos.
Y así han encontrado formas para intentar chantajear a Raymundo y medio mundo. Desde el Presidente, los miembros del poder judicial y algunos de quienes están preocupados por el tema del financiamiento electoral han tenido que lidiar con los embates de un Congreso que dirige y protege Álvaro Arzú padre, según el mismo diputado Byron Chacón.
No es secreto para nadie que el antejuicio que el presidente Jimmy Morales tiene por un posible delito de financiamiento electoral ilícito (delito por el que Orlando Blanco –UNE– y Roberto Villate -ex Lider- ya perdieron su inmunidad) ha servido para que los diputados puedan chantajear al mandatario de que si no cumple con algunas de sus exigencias, desempolvan el antejuicio para llevarlo al pleno.
Eso explica mucho de cómo quien fue enviado de Gustavo Alejos en la Dirección General de Migración llegó a ser el Ministro de Gobernación en sustitución de un hombre de confianza de la Embajada de los Estados Unidos; todo lo anterior sin mencionar que el nombrado fue hasta hace poco empleado de Arzú en la Municipalidad, aunque tras la noticia de Con Criterio, lo borraron de la página de Tu Muni.
La amenaza de que si no entregaba el ministerio, el antejuicio milagrosamente se revivía, sirvió para forzar una decisión que, además, le convenía a Morales porque sentía que Rivas y la cúpula no le hacían caso. Su círculo de asesores (también preocupado) le recordaba que el 15 de septiembre él pidió fuerza para reprimir a los manifestantes del Congreso y esa nunca llegó ayudando a darle gasolina a las amenazas de los diputados.
Paralelamente, fue el turno de algunos de los magistrados del Organismo Judicial a los que se les dijo que tras la elección de Arzú hijo en la presidencia del Congreso, el poder lo tenían los anti CICIG y MP y que si no se alineaban a sus intereses, su futuro en las Cortes estaría más que comprometido para la elección de 2019. A eso le apuestan magistrados y/o jueces que a pesar de un claro conflicto de interés, no se excusan para defender lo indefendible.
Y ahora han metido la carne al asador para presionar a aquellos preocupados que se han empezado a dar cuenta que en las condiciones actuales, el país no tiene futuro. Por ejemplo, los nueve empresarios que han solicitado la vía del procedimiento abreviado (implica reconocer) son sus enemigos porque desde el Congreso se ha optado por negar la corrupción por muy evidente que sea en el sistema.
De tal cuenta que el Congreso está siendo el mercado de chantajes tal y como fue en la época de Jorge Serrano en Guatemala y como pasó en Perú hace unos días y el Legislativo de Guatemala se ha conjurado para ser el organismo que está dispuesto a todo para defender el sistema y sus vicios.
La mejor herramienta ante tan descarada actitud son los acuerdos mínimos de una sociedad que logre construir confianza porque está harta de seguir en la misma ruta permitiendo a los mafiosos rentabilidad en medio de tanta precariedad.
Hoy más que nunca, de nosotros depende que seamos capaces de construir confianza y de que esto cambie.