El presidente de Perú, Pedro Kuczynski, se ha convertido en otro ejemplo de cómo la corrupción pasa factura a quienes llegaron a sentirse intocables y más allá del brazo de la justicia. Acusado en un proceso penal en su contra por recibir mordidas, el exgobernante pactó con la mafia de diputados fujimoristas para que, con sus votos, se impidiera su remoción del cargo y a cambio indultó al expresidente que se encontraba condenado también por corrupción, lo cual lo dejó seriamente lastimado ante la opinión pública que vio con asco como ese Pacto entre Corruptos del Ejecutivo y del Congreso se manifestaba de manera tan burda.
Pero los arreglos con los otros corruptos en el Congreso terminaron siendo la sepultura de Kuczynski porque se hicieron públicos los videos en los que sus enviados negociaban votos para garantizar su impunidad a cambio de dinero o privilegios para los diputados. Si en Guatemala se difundieran videos como esos veríamos el reparto del presupuesto y del Listado Geográfico de Obras, además de la danza de plazas y dinero en efectivo, como instrumentos para fortalecer nuestro propio Pacto de Corruptos.
Porque aunque sientan la soga al cuello, no vaya a creerse que dan votos de gratis y sin negociarlos. Ahora que se puede dar el caso de que nuevamente se tenga que conocer el antejuicio al Presidente por la masacre de Hogar Seguro, sin duda que lo van a exprimir porque muy aliados pueden ser en el pacto, pero sabiendo que todo se puede acabar de la noche a la mañana tratan siempre de sacar mayor provecho.
En Guatemala no hemos tenido a nadie que desde el Congreso dé un paso al frente para poner en evidencia, aunque sea mediante filmaciones hechas en forma anónima, la podredumbre con la que se manejan los negocios legislativos. Si al menos un diputado hubiera tenido deseo de cambiar las cosas ya tendríamos muchos videos en los que se pudiera comprobar lo que todos sabemos, es decir, la forma en que se negocia en nuestro Poder Legislativo.
La lucha contra la corrupción no es invento de nadie y está en el mundo para quedarse. La lista de los gobernantes que han caído por corruptos sigue creciendo y es que, aunque muchos hayan participado en el juego, finalmente se entiende que los Estados no tienen viabilidad en medio de la podredumbre y menos cuando, como en el caso de Guatemala, la cooptación ha sido total y los políticos se han vendido sin condiciones para facilitar el saqueo del erario.