Fernando Mollinedo C.

La corrupción es un acto de cualquier naturaleza desviado por acción u omisión de quien debe procurar la realización de los fines de la administración; con fines económicos o no, que la impidan, retarde o dificulte.

Otra acepción de corrupción indica que es “el mal uso o abuso del poder público o privado para beneficio personal” en el entendido que el acto extorsivo no se limita a los funcionarios públicos. “Conjunto de actitudes y actividades mediante las cuales una persona transgrede compromisos adquiridos consigo mismo (Jurar el cumplimiento de la Constitución).

La corrupción tiene muchas manifestaciones, las más comunes son: despotismo, impunidad, nepotismo, cooptación, compadrazgo, caciquismo, prevaricación, malversación, fraudes, extorsiones, tráfico de influencias, sobornos, uso ilegítimo de información oficial privilegiada .

La corrupción en general facilita a menudo otros actos ilícitos que comete la delincuencia organizada en Guatemala; narcotráfico, lavado de dinero, prostitución ilegal, el REDONDEO (que es la forma más sutil de hueveo “len por len” que aplican los bancos, supermercados y almacenes) son el vivo ejemplo que la corrupción si avala a las entidades de todo tipo, incluso las bancarias y comerciales a cometer actos ilegales utilizando los privilegios otorgados con el objetivo de obtener un beneficio ajeno al bien común.

En términos generales, la palabra corrupción se aplica a los gobernantes, funcionarios y empleados elegidos o nombrados que se aprovechan los recursos del Estado o institución privada para enriquecerse de una u otra forma y/o beneficiar parientes y amigos por medio de algunas prácticas políticas que pueden llegar a ser legales o ilegales.

Los países como Guatemala, donde la transparencia de las cuentas públicas, adquisiciones y concesiones fue reducida o incluso inexistente, están más expuestos a esta clase de conductas ilícitas e inmorales; en este caso los medios de información coartados por las “fafas” al informar sin transparencia a la ciudadanía, complican la posibilidad de erradicarla y juzgarla.

¿Será necesario un concurso para determinar cuál presidente de la República de Guatemala ha hueveado más, o cuál ministro, director, secretario de Gabinete, gobernador o alcalde hueveó más que los demás? ¿quién está hueveando más, sí, más que los demás?

¿Dónde sufren más los ciudadanos por tanto hueveo de la lacra gubernamental? ¿En el Corredor Seco, en las inundaciones, en el desvío de los ríos que hacen los terratenientes dejando sin agua a muchos poblados, en las poblaciones donde los gobiernos repartieron maíz, frijol y arroz podrido y envenenado no apto para el consumo humano, en los asentamientos urbanos o invasiones campesinas sin lugar donde puedan vivir, en los hospitales y dispensarios nacionales?

¿En los asentamientos, barrios periféricos, barrancos habilitados como condominios, en Mixco, Villa Nueva, zona 18, Canalitos, Chinautla, Escuintla, Jutiapa, Chiquimula, Petén, Suchi, Reu o Santa Rosa? Ustedes, estimables lectores tienen la palabra, porque ustedes conocen la realidad objetiva que vivimos todos los días.

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