Roberto Arias

La perversidad del maltrato psicológico de un miembro de pareja a otro, como vimos en nota anterior, inicia gradualmente por medio de un proceso de seducción, con el fin de desestabilizar a la víctima, para que progresivamente pierda la confianza en sí misma. Todo esto con la intención de manipularla indirectamente para influir cada vez más y lograr que sus decisiones y su comportamiento sean de modo diferente a su verdadera naturaleza y, se le impide tomar conciencia de la realidad del acoso.

He aquí una idea sobre las consecuencias del maltrato psicológico en la víctima: La víctima, se ve incapaz de defenderse y de salir del problema. En una primera fase del maltrato se resiste, pero con el tiempo acaba cediendo ante el agresor. Intenta encontrar explicaciones lógicas a lo que sucede, busca el diálogo con el agresor para encontrar soluciones. Sin embargo, el diálogo no es posible, ya que el maltratador no está dispuesto a ello. Entonces, la víctima procura adaptarse a las demandas del perseguidor, para evitar conflicto y satisfacerlo. Se siente confundida por la dualidad que ejerce el agresor hacia ella y por su modo sinuoso de actuar.

A continuación, algunas señales importantes que ayudarán a detectar cuando un miembro de la pareja es víctima de la perversión y maltrato psicológico, por su otra mitad, de acuerdo a lo que nos explica la psicóloga Laia Oliva:

Una víctima de maltrato psicológico se identifica cuando:
* Cuestiona su propia forma de ser, sus actitudes y comportamientos
* Excusa y exculpa a su maltratador, a la vez que se culpa a sí misma
* Duda de ella misma y de sus acciones
* Presenta sentimiento de inferioridad y dependencia emocional
Una situación de maltrato psicológico prolongado provoca:
* Estrés y tensión: sensaciones de opresión, ahogo y fatiga, palpitaciones, trastornos del sueño, nerviosismo, irritabilidad, dolores de cabeza, trastornos digestivos, ansiedad…
* Miedo ante los encuentros y las reacciones de la pareja maltratadora
* Depresión: tras una larga serie de intentos y fracasos para solucionar la situación, la víctima se desmoraliza y se siente incapaz de defenderse. Cae en un estado de desánimo y tristeza
*
La sociedad guatemalteca, en su generalidad, desconoce los fundamentos de este tipo de problemas y simplemente ve que una familia tiene “problemas”, sin percatarse de que esta misma sociedad tiene obligación de ser un coadyuvante con la finalidad de dar asistencia empática a la víctima del maltrato, para ayudar a sanear la unidad familiar de algún vecino y, de esa manera ayudar a que los hijos de esa familia no se críen en ese entorno enfermizo.
Las consecuencias para los hijos viviendo en un entorno con esos conflictos es sumamente problemático para su desarrollo psicosocial y de pareja en el futuro. Puede dejar una huella negativa profunda en los niños.
En una próxima entrega informaré, de acuerdo a las palabras de la Psicóloga Laia Oliva, qué puede hacer usted estimado lector –dama o caballero-, para ayudar a la persona maltratada. Continúa…

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