Coincidió la conmemoración del aniversario de la brutal tragedia del Hogar Virgen de la Asunción con el Día Internacional de la Mujer y el Procurador de los Derechos Humanos, según explicó, acudió al acto conmemorativo de la muerte de aquellas jovencitas. En el mismo lugar se realizaba un acto que llamaron “Procesión de la Vulva” en el que utilizaron alegorías de las procesiones tradicionales del pueblo católico de Guatemala, lo que provocó malestar de muchas personas, entendiendo que el escándalo no fue por ninguna vulva, sino por la burla que se hizo de las procesiones que significan tanto para la población católica.

En redes sociales se vieron fotos del Procurador Jordán Rodas con escenario de fondo de esa “procesión” y, lógicamente, surgieron muchas voces criticando su presencia y condenando el proceder del Procurador. La PDH emitió de inmediato un comunicado explicando la situación, cosa que Jordán Rodas hizo también en forma directa con el Presidente de la Conferencia Episcopal que se había manifestado en forma enérgica por lo que consideró y calificó como una afrenta a la fe de los católicos guatemaltecos.

Ningún PDH ha sido monedita de oro porque vivimos en un país donde no se entiende siquiera el concepto de los Derechos Humanos. Recientemente quedó en evidencia la confusión cuando la Cámara del Agro exigía al Procurador que protegiera su derecho humano a la propiedad en vez de proteger a los invasores. Las invasiones deben resolverse en los tribunales y los jueces determinarán el castigo que corresponde, si fuera el caso, y hay procedimientos para resolver esos temas. En el caso de los invasores el Procurador vela porque el Estado no cometa excesos en desalojos porque la violación de los derechos humanos proviene del Estado. Cuando proviene de particulares algo que afecta algún derecho humano se convierte en un crimen común que debe ser resuelto por los tribunales ordinarios.

En el caso de Rodas se ganó la inquina de la mayoría del Congreso cuando interpuso amparo contra la decisión de expulsar al Comisionado Iván Velásquez declarándolo persona non grata. Desde entonces se ha visto que hay interés por removerlo y ahora se aprovecha la confusión creada por su intempestiva presencia en donde ocurrió la concurrencia de dos manifestaciones públicas en el mismo lugar para sentarlo en el banquillo de los acusados, confirmándose que el Pacto de Corruptos no se anda con chiquitas para remover a toda pieza que sea una piedra en el zapato y justamente en eso se convirtió el Procurador de los Derechos Humanos desde hace algún tiempo.

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