Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Cuando se discutieron las reformas constitucionales al sector justicia, existió mucha oposición esgrimiendo dos temas: uno, el derecho indígena y dos, el llamado Consejo Nacional de Justicia, pero la cosa es que las reformas quedaron en nada e incluso torpedeadas desde el mismo Organismo Ejecutivo y claro está, desde el mismo Congreso porque entienden cómo es que se mueve la melcocha.

A los que hemos venido denunciando la cooptación y el secuestro del Sistema de Justicia en el que se puede hacer de todo, desde “elegir” una sala y un juez a pesar del “sistema aleatorio” y muchas otras cosas más, ahora se suman aquellos que se sienten afectados por el funcionamiento del sistema y alzan sus voces para pronunciarse en contra de la mora judicial que existe a lo largo y ancho del país y no solo en algunos casos.

Por la manera en la que opera nuestro sistema, los buenos tienen un complicado camino porque dependen de los pactos políticos para poder seguir avanzando en su carrera y desde octubre del 2017, fecha en la que se develó el caso en contra de Álvaro Arzú, se supo que se incrementaron las presiones sobre las Cortes con el chantaje de la futura elección y lo que vimos el viernes es producto de eso.

Algunos magistrados de salas están diciendo que se les está afectando la independencia judicial, pero eso no es cierto porque hay casos en los que las resoluciones han sido contrarias a los entes investigadores, por ejemplo, y si las mismas se apegan a los principios de derecho, se impugnan por los medios procesales establecidos en la ley y nada más.

Ahora bien, si median indicios de ilegalidad de por medio, entonces es cuando se presentan antejuicios, pero el argumento de que se atenta contra la independencia judicial es un falaz argumento para defender lo indefendible: la podredumbre del Sistema Judicial y su cooptación que además permite la manipulación de los procesos de elección de magistrados.

Aquí lo que hay es un claro intento de mantener un Sistema de Justicia, del que hasta se quejan los que decían apoyar las reformas, pero en realidad hicieron lo necesario para evitar su avance y tenemos que entender que el país nunca tendrá certeza con Cortes que se eligen por los políticos de turno y sus aliados particulares que necesitan preservar el sistema en su estado actual como mecanismo de protección.

Hay que entender que el Organismo Judicial es el reducto que le queda a los operadores de la dictadura de la corrupción y están dispuestos a lo que sea necesario con tal de seguir teniendo apoyos para que los avances de las investigaciones se topen con un el muro de la impunidad, pero también hay que advertir que en ese esfuerzo no discriminarán y pondrán las cosas más complicadas para el futuro del país, principalmente la economía.

Cuando algunos alentaron a otros para armar los escuadrones de la muerte, pronto se dieron cuenta que los matones ya no solo se cargaban a los que ordenaban los jefes, sino que actuaban a la libre porque les traía cuenta y lo mismo está pasando y pasará en las Cortes, porque habrá jueces que ahora operan para la dictadura de la corrupción pero luego lo harán en cosas que les sean rentables aunque eso implique ir en contra de las órdenes e intereses de los Jefes de la dictadura, pues siempre habrá más mafiosos dispuestos a dar más para lograr sus objetivos y lo que tendremos es mayor anarquía judicial que seguirá complicando por años las inversiones en el país.

 

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