Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com
Una forma de evitar o reducir los riesgos de accidentes en el transporte extraurbano, de carga, de combustibles, de pasajeros extraurbanos y transporte escolar, es el mantenimiento preventivo de las unidades.
El mantenimiento debe hacerse en talleres calificados internacionalmente, por mecánicos certificados en motores, cajas, ejes delanteros, ejes traseros, suspensiones y sistemas eléctricos y de frenos; ello implica un costo, sin embargo, este costo aparente se reduce al evitar accidentes, reparaciones y menor consumo de combustible.
Adicionalmente, todos estos vehículos deben de circular con llantas que reúnan el standard DOT; es decir, por llantas aprobadas por su calidad por el Departamento de Transportes de los Estados Unidos.
En el mercado mundial y nacional hay muchas llantas, pero la mitad de ellas no están certificadas por esta norma. Eso es muy fácil de comprobar, basta mirar el costado de las llantas, las que reúnen el estándar tienen grabadas esas letras y algún número específico adicionado, ello permite saber cuántos son los pliegos, cuál es la profundidad y cuál es la calidad de hule y demás materiales que se utilizaron en la fabricación de la llanta, lo cual es una norma de seguridad.
Ningún vehículo de transporte público debe de circular con llantas que no tengan por lo menos cuatro milímetros de hule de profundidad y de rodadura, tampoco deben de circular en el eje delantero con llantas que sean reencauchadas; deben hacerlo con llantas de labor de circulación para eje de dirección, no es lo mismo ese tipo de llantas que las llantas con labor de tracción que le corresponde a los ejes traseros y/o a los ejes del remolque o ejes muertos.
También es sumamente importante para la seguridad el tipo de fricción que se le aplica a las zapatas de freno, las cuales también deben ser zapatas, no fricciones construidas, bajo la norma DOT.
En Guatemala y en otros países se fabrican fricciones, pero las mismas no tienen control de calidad ni certificación DOT; por ello, cuando un vehículo del transporte frena, si las zapatas y fricciones que se le han colocado no son equivalentes a las que se le coloca a un vehículo de la fábrica, este automotor requerirá más distancia para frenar y en algunos casos las fricciones se destruirán en una emergencia y no cumplirán con el objeto de frenar al vehículo, produciendo accidentes.
Hasta el momento nos hemos referido a las leyes, reglas que deben de existir en el país y a las normas y calidades de los componentes de los vehículos; sin embargo, así como ellas, es importante el recurso humano. Los pilotos autorizados para conducir vehículos de transporte público de personas o de carga, deben de obtener una licencia profesional de conductores y deben someterse anualmente a un reentrenamiento.
El Intecap debe ser uno de los entrenadores de pilotos porque las empresas de transporte contribuyen a su existencia.
Adicionalmente, se plantea el adiestramiento que las agencias importadoras de vehículos den a los pilotos de tracto camiones o autobuses extraurbanos y escolares. En Estados Unidos, en México y en otros países, ese entrenamiento garantiza la reducción de accidentes.
El Ministerio de Comunicaciones debe establecer cuántas horas, diurnas o nocturnas, puede conducir un piloto cada día en el transporte público.
¡Guatemala es primero!