Danilo Santos
Politólogo
desantos.salazar@gmail.com

La aparente ruptura de la oligarquía y la élite económica nacional, el llamado de atención de la embajadora Haley, y las alianzas de Morales con el conservadurismo más recalcitrante; son elementos que nos pueden ayudar a entender la realidad del actual gobierno y el Estado guatemalteco.

La cooptación del Estado y la corrupción como moneda de cambio de la política en el país ya ha sido ampliamente expuesta por el MP y la CICIG. Así que el “Tercer Encuentro Ciudadano” organizado por la Fundación Libertad y Desarrollo, y la sustancia del discurso de Dionisio Gutiérrez, su gran protagonista; nos dicen que es hora de “pactar” y no dejar que “fuerzas oscuras” gobiernen. Que cueste lo que cueste, hay que combatir la corrupción, aunque eso divida “familias”; porque nos jugamos el país…

Gutiérrez le habla a Jimmy para que lo escuchen los demás. En realidad, Morales ya pasó a la historia, y la alusión al Presidente es usada para mandarle un mensaje a los que intenten ganar las próximas elecciones. En el fondo, pide y exige lo mismo que la Embajada, la viabilidad del país; y al igual que los gringos, sabe que dicha viabilidad ya no se consigue a través de la “mano dura”, sino haciendo que la oligarquía y las élites económicas se responsabilicen de lo que han dejado que se construya fuera de la “casa patronal” y negocien con las otras élites.

Aunque no sea del gusto de algunos, fue la vitrina ideal para Thelma Aldana, es decir, la ubica justo en el espectro político donde ella ha decidido estar; en medio de la derecha “honrada” y los progresistas “no fundamentalistas”.

Por otro lado, tenemos la visita de Nikki Haley, Embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas. Guatemala no tiene el mismo correlato de fuerzas que Estados Unidos para hacer lo que le dé la gana, y la decisión del gobierno guatemalteco de mover su sede diplomática en Israel, le puede traer consecuencias. Así que tomar control del territorio es una cuestión de seguridad nacional. Cuando Jimmy Morales aparece con el Ejército como telón de fondo, está mandando un mensaje a todos, especialmente a la embajadora Haley. Ojalá la irresponsabilidad política de Morales y su fundamentalismo no nos traigan más problemas de los que ya tenemos en el país.

En cuanto a la CICIG y su comparación con el FBI, pues pareciera que es un llamado de atención a mantener el equilibrio que tanto está costando conseguir, y que no se incendie la pradera innecesariamente.

Por último, la profunda alianza entre el conservadurismo recalcitrante que gobierna el país y que no quiere ceder, por un lado, se demuestra en la defensa a ultranza del Presidente del Congreso de la República de la canciller Acevedo; y por otro, en la decisión de la Corte Suprema de Justicia de no quitar la inmunidad al Alcalde capitalino en el Caso Caja de Pandora.

En conclusión, parece ser que lo más importante son las próximas elecciones, y que quienes compitan en ellas y quienes salgan victoriosos, sean un garante para la estabilidad en la región del Triángulo Norte. Por mucho que Morales intente hacer ver que cuenta con la bendición del gobierno estadounidense, las acciones de varios funcionarios de ese gobierno, dicen lo contrario.

Si queremos reformas profundas al Estado para ir a la raíz de la cooptación, ya sabemos con quién hablar…

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