Raymond J. Wennier

La matanza de 17 estudiantes de secundaria en una escuela de tres mil adolescentes, en La Florida, hace días, es otra señal de que la sociedad, o sociedades, han perdido el control de los cambios conductuales de los jóvenes y de los medios sociales que influencian la conducta de los adolescentes.

La conducta humana es la demostración impregnada al individuo, que es aprendida desde el nacimiento por medio de las personas significativas en su vida y la convivencia con las personas y sus experiencias a su alrededor. Esa demostración de lo aprendido puede ser catalogada como positiva o negativa, de acuerdo a lo establecido por cada conjunto de personas que forman las sociedades.

El rol de los padres de familia es esencial en los primeros años del desarrollo integral del niño; sin embargo, no todos tienen el beneficio de la influencia positiva de una familia integrada y balanceada.

Desafortunadamente la libertad que tienen los adolescentes, no siempre es manejada correctamente. Si esa es la situación y por otras múltiples razones que no ayudan a un joven a ser equilibrado. ¿Quién más puede apoyar a la familia a trabajar con los jóvenes en los años de confusión sobre su identidad y entender cómo manejar sus reacciones ante situaciones de conflicto emocional y en sus acciones? Son todas las personas que forman las instituciones educativas.

Los maestros deben ser expertos OBSERVADORES. ¿Qué significa y en qué consiste esa habilidad? Sugiero la siguiente lista que puede responder esa pregunta.

1. Conocer bien a cada alumno en su clase. No solamente en lo académico sino en lo personal, cómo está la relación familiar, sus sueños y temores, etc.
2. Ver las reacciones de los alumnos cuando se reflexiona sobre determinado asunto, como la violencia en la sociedad actual.
3. Observar el cambio de actitudes en relación a la escuela o a su grupo de clase en particular.
4. En el aula, repentinamente, falta su participación activa.
5. Su ánimo cambia para hacer las cosas.
6. Hay cambio de amigos. ¿Por qué? ¿Para qué?
7. Es notorio un cambio en su conducta.
8. Empieza a aislarse del grupo; está solo y se torna poco comunicativo. Han existido muchos casos de suicidio al juntarse la mayoría de los elementos enunciados.
9. Hay cambios drásticos y repentina baja en su rendimiento escolar. No hay “ganas” de hacer el más mínimo esfuerzo.
10. Se nota que se torna abusivo con los animales, sus mascotas o los de la calle.

Los estudios neurocientíficos nos dicen que en los años de la adolescencia, aún está en proceso, la maduración del lóbulo prefrontal donde se encuentran las funciones ejecutivas como son el juicio, el manejo de las emociones y sus relaciones con otras personas.

Es imperativo que los maestros escuchen a los alumnos para saber y entender sus penas, dudas y aflicciones. Para eso sugiero, que dentro del horario escolar, haya la oportunidad de atender al aspecto PERSONAL que está en formación. Probablemente este punto es más importante que una clase de matemática o de idioma.

A directores de escuelas, estén en la puerta de su establecimiento para saludar a cada alumno por su nombre cuando van ingresando. OBSERVEN con quién están antes de entrar, compañeros o personas ajenas a la escuela.

Maestros y Directores, aprenderán mucho sobre sus alumnos si los OBSERVAN y ESCUCHAN.

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