Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo

En el Parlamento Centroamericano, Álvaro Arzú descubrió la triste realidad, que los ejecutivos de los países integrantes no le ceden atribuciones y funciones suficientes al Parlacen. El defecto no está en el Parlacen sino en el egoísmo de los presidentes y de los cancilleres que no han querido hacer como en Europa, donde al Parlamento Europeo se le han dado verdaderos espacios de responsabilidad y trabajo.

Él indica, en la página 331, que tomó como un proyecto importante “El Plan Puebla-Panamá” y que incluso invirtió recursos propios para ir a las oficinas del BID en Washington, para obtener información al respecto. Qué bueno, lástima que no comprendió que Plan Puebla-Panamá les corresponde a los ejecutivos de gobierno de México-Guatemala-Honduras.

Dicho plan conlleva construir una carretera tipo autopista de la frontera de México-Guatemala a la frontera Guatemala-Honduras, así como, una carretera de México a Belice y de Belice a Guatemala y de Guatemala a Honduras.

Esta última carretera ni le beneficia ni le conviene a Guatemala, por cuanto es crear un paso innecesariamente obligado a través de Belice para ingresar y mover productos a Guatemala y Honduras.

Lo conveniente es crear una carretera de México a Guatemala vía Tikal y así conectar la carretera ya existente de Tikal a Flores, de Flores a Río Dulce y de Río Dulce a Honduras, lo que no solo le beneficia a Guatemala, utiliza carreteras ya existentes sin tener que aceptar el paso obligado por Belice y evita con ello los tropiezos que Belice pone a su gusto y conveniencia.

En cuanto a hacer un canal seco para competir con Panamá, es no conocer números. No es lo mismo un transporte marítimo o incluso terrestre en Panamá, de menos de 100 kilómetros, que un canal seco a través de Guatemala de más de 350 kilómetros. Nunca el transporte terrestre lograría competir de esa forma y le puedo decir a Álvaro que después de sesenta años de ser socio y dirigente del grupo de empresas de transporte terrestre más grande de Centroamérica, sé y tengo más de 100% de experiencia en el tema de lo que pueda tener él, por consiguiente, el Plan Puebla-Panamá es bueno, pero debe saberse modificar para que no solo le convenga a México sino ante todo le convenga a Guatemala, y que a Guatemala no se le olvide que sus nuevas carreteras deben ser diseñadas con las mismas normas de peso y dimensiones con las que transportan en México la mayor parte de las mercaderías, con vehículos doblemente articulados, con furgones de 40 pies y no con vehículos de un solo furgón como es lo que permiten la gran mayoría de carreteras de nuestro país, que fueron diseñadas con los pesos y dimensiones que se usaban en Estados Unidos en 1945.

Por último, si le dolía cobrar su sueldo en dólares en el Parlacen, todos los meses podría haberlo cobrado y donado a una entidad de beneficencia en nuestra querida Guatemala.

Como suele suceder y así lo manifiesta Álvaro “después del trueno, Jesús María”.

Todos los expresidentes y exvicepresidentes nos recriminamos de lo que no hicimos en los años en que estuvimos al mando, y por ello concuerdo y acepto que en Guatemala debería de haber reelección, por lo menos una vez, para que así la experiencia acumulada en el primer año de gobierno se pudiera materializar en el segundo año de gobierno, lo cual se explica con lo que Álvaro manifiesta de su situación, en la página 334, en la que describe que se sentía como “jarrón chino”.

¡Guatemala es primero!

Continuará…

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