Lic. Douglas Abadía Cárdenas
douglas.abadia@gmail.com

Dentro de las disciplinas de las Ciencias Sociales podemos incluir a la Ciencia Política, Sociología, Antropología, Relaciones Internacionales, entre otras. A través del monitoreo personal de ofertas de empleo publicadas tanto en las páginas web de instituciones, tanto públicas como de organismos internacionales que necesitan del trabajo de cientistas sociales así como en periódicos de gran circulación para emplear a profesionales de las ciencias sociales he observado limitantes para poder insertar laboralmente a profesionales de dichas disciplinas.

Me resultó llamativo que la mayoría de ofertas de empleo exigen un perfil demasiado alto, por ejemplo: del 100% de ofertas de empleo analizadas durante el período que comprendió del 01 de febrero de 2017 al 31 de marzo del año 2017 pude notar que se necesitan de 3 a 5 años de experiencia (promedio) para poder aplicar a diferentes vacantes, aparte es necesario ser bilingüe, menor de 40 años, hombre de preferencia y que su lugar de residencia sea cercana al sitio de trabajo, entre otras limitantes.

Hay profesionales en Guatemala que llenan el “perfil” solicitado por las instituciones empleadoras y se da el clásico fenómeno en el que prevalece a quien conoces y no cuánto sabes. Los grandes semilleros académicos que forman profesionales en las disciplinas anteriormente mencionadas no se han dado a la tarea de poder facilitar la inserción laboral de decenas de egresados.

En base a lo anteriormente expuesto surgen interrogantes como estas: ¿En qué se emplean estas decenas de profesionales en el país? ¿Cuál es el aporte para la sociedad tanto guatemalteca como mundial de estos profesionales si no tienen una oportunidad para poder generar sus aportes? ¿Cuál es el fin de ofertar estas carreras en las diferentes universidades del país si no tendrán incidencia? ¿Seguiremos subempleando a profesionales? ¿De qué sirve para un profesional haber sido excelente en sus calificaciones durante sus estudios si al final haber sido sobresaliente no se tomará en cuenta? ¿Seguiremos permitiendo que por ejemplo, un odontólogo sea asesor político y que un asesor político sea asistente dental?

Hago esta reflexión debido a que nuestro país necesita urgentemente el aporte de profesionales en ciencias sociales, pues es un secreto a voces lo mal en peor por donde vamos como sociedad.

Según la división internacional del trabajo toda profesión es de suma importancia para el desarrollo de un país; en el caso guatemalteco pareciera que no hemos aprendido de los errores del pasado y los seguimos cometiendo y todavía nos preguntamos ¿qué hemos hecho mal?

Mientras siga vigente el esquema tradicional en donde prevalece el nepotismo, compadrazgo, tráfico de influencias, corrupción de cientos de profesionales que se han esforzado por autorrealizarse en la disciplina de su escogencia seguiremos viendo cómo nuestro país no sale a flote y tendremos que ganarnos la vida en otras actividades no propias de la vocación de cada sujeto y lo más preocupante es que nuestro país se ve limitado en cuanto a la contribución de dichas profesiones; pues los avances sociales son integrales y nuestro vehículo llamado Guatemala solo cuenta con tres llantas.

 

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