Sandra Xinico Batz
sxinicobatz@gmail.com

Tenía 10 años cuando se firmó la paz en Guatemala. Recuerdo haberlo visto por televisión y que durante ese año en la escuela aprendimos a cantar una canción que decía: “Yo quiero a Guatemala en paz, yo quiero a Guatemala en paz, yo quiero a Guatemala, ya amo a mi patria, yo quiero a Guatemala en paz”.

A partir de ese momento Álvaro Arzú se convirtió en el presidente de la paz ya que ésta se logra “cuando el presidente Álvaro Arzú reúne a ambos bandos y firman la paz”, así lo describen en el video ¿Cuál paz? (2016) en su canal de YouTube. Así de “profundo” es lo que una/o “aprende” hasta hoy sobre el Conflicto Armado Interno en el sistema educativo de este país.

Y no importa mucho el nivel de educación que hayamos recibido del sistema, porque hasta docentes universitarios admiran al señor Arzú por el hecho de lo que representa: el colonialismo y racismo en Guatemala. ¿Cómo llegamos a admirar a personas que se jactan de la violencia que utilizan en nuestra contra y cómo siendo figuras públicas sabemos tan poco de su verdadero accionar?

En veintiún años no sólo no hemos dejado de ver a Arzú en la palestra política sino que obviamos que su carrera había iniciado veinte años antes de estos últimos veintiún. Arzú es de los políticos que siempre ha estado ahí, en el gobierno, en el Estado, en ese poder. Estuvo cuando masacraron a los pueblos y persiguieron y torturaron a quienes pensaban diferente.

Pero nada es suficiente para los ricos. Ahora el hijo de Arzú con tan solo 32 años asume la Presidencia del Congreso. ¿Quién es Álvaro Arzú Escobar además de ser el hijo de Arzú? Nació sólo un año antes que yo (según dice su biografía en internet) y como buen descendiente de su clan, se formó en el extranjero, y en Guatemala se graduó de una universidad privada. También fue Secretario Nacional de la Juventud, lo cual no sorprende que haya pasado desapercibido porque esta secretaría es un puro trampolín.

Seguramente este era el plan, para la consecución del poder. El sistema para ellos funciona muy bien, porque desde el Congreso o con la ley “a favor” se buscará diluir las posibilidades de ver a Arzú padre entregar cuentas en los tribunales de justicia. La figura del colonial intocable se impone, algo que no es nuevo, pero si con nuevas generaciones que intentan suplirlos.

Conocer y entender la historia son formas de contrarrestar esto que busca consolidarse a través del olvido. Mientras sigamos obviando la importancia de que todas y todos conozcamos lo que ha ocurrido aquí en el país que habitamos será tradicional ver cómo con pistas de hielo y festivales navideños “compran” nuestra dignidad.

A estas élites más que a nadie les ha convenido que el Currículum Nacional Base obvie profundizar en el Conflicto Armado Interno y en nuestra historia en general. Y no es que los pueblos cedamos, es que nos han dado duro.

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